Se fue y no volverá

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Hace dos meses

Por primera vez en mucho tiempo salí temprano del trabajo, bueno en realidad salir de madrugada para mí es temprano, estudie ingeniería en software y me especialicé en programación de sistemas de comunicación, para hacerlo más simple me gustan las computadoras y me entrené para generar conexiones de muchas de ellas, es así que termine programando las redes que se utilizan en las compañías. Hago desde redes de telefonía hasta instalar sistemas de seguridad, debido a que el programar dichos equipos requiere de tiempo sin estarlos utilizando necesito trabajar de noche ya que los conglomerados no quieren perder ni un segundo sin que la empresa este laborando.

La verdad no me puedo quejar el trabajo es muy bueno, en realidad es perfecto para mí ya que no hay jefe que me esté gritando, gano bien y pasó todo el tiempo con mis aparatos; sin embargo algunas veces quisiera que mis horarios fueran distintos, tal vez coincidir más con los horarios de trabajo normales, es decir entrar a las 8 de la mañana y salir por la tarde, así tendría tiempo para salir con Tae o simplemente tener las tres comidas juntos, sin que él este apurado por terminar el desayuno o yo esté corriendo por terminar la cena porque debo ir a trabajar. Además podría ver a mis viejos amigos, ir a un bar con Yoongi o simplemente salir a pasear sin sentir que voy a caer dormido en cualquier lugar.

Escucho un sonido que me saca de mis pensamientos y noto que la luz ha cambiado, pisó el acelerador y mientras conduzco decido pasar por las cosas que faltan en la despensa, recuerdo que Tae esta mañana me pidió que comprara leche y papel higiénico pensaba ir al centro comercial por el, pero el tráfico de la tarde me lo impidió así que no hay más remedio que ir a un 24 horas y comprarlo al doble de su precio, eso sin mencionar que es tan poco probable que vendan la leche de almendras que Tae se empeña en consumir.

Con mucho esfuerzo me bajo del carro estacionado en la entrada del súper mercado, es una noche tan fría que siento como mi trasero se congela con cada paso que doy, una vez dentro del súper elijo los artículos y es imposible ignorar el ramen de queso al final del pasillo, tomó uno y voy directamente a la caja para terminar mi compra e ir a preparar mi exquisita sopa.

Cinco minutos después estoy devorando mi pequeña vieja amiga, la preciosa comida chatarra y mientras mastico lentamente observó la acera de enfrente, noto el ritmo acelerado de un jueves por la madrugada, personas entrando y saliendo de los bares y clubs de enfrente, ruido y viento que obliga a los transeúntes a caminar más rápido para refugiarse en sus hogares, inconscientemente me pongo a pensar en la manta gris bordada que cubre mi cama, siento un enorme anhelo por poder llegar y acurrucarme junto a él, ese tonto que tanto extraño.

Noto que algo está sucediendo en frente del bar al otro lado de la acera y fijo la mirada en aquellas siluetas que bailan en medio de las miradas divertidas de los caminantes y tal como un balde de agua fría reconozco aquella figura que hace unos momentos estaba en mi imaginación, esa que ahora sonríe mientras mira los ojos del contrario y en una fracción de segundo sus bocas se conectan tan lento y tan profundo que algo se revuelve en mi estomago.

Dejó caer mi comida y sé que fue un ruido estruendoso más no puedo escucharlo, siento que voy a vomitar y no puedo respirar, apartó la mirada, tomó las bolsas y camino al pasillo de atrás para intentar refugiarme, la empleada esta hablándome y yo no logro articular palabra, solo quiero estar solo, quiero salir corriendo y definitivamente necesito desesperadamente saber que...que me ama, que solo fue un mal entendido, una broma sadica de mi mente cansada y él se encuentra en casa durmiendo arropado con la manta gris.

Y en ese momento todo lo que estoy pidiendo es que este en casa, en nuestro refugio... En nuestro hogar; sin pensarlo demasiado salgo del súper ignorando a la empleada, abro el carro y entro tan rápido como mis manos temblorosas me lo permiten, pisó el acelerador e ignorando las reglas de transcrito llego a mi destino en la mitad de tiempo, salgo con el corazón y la respiración al mil por hora abro sin mucho preámbulo y camino directamente al dormitorio, abro la puerta y solo me toma un parpadeo el soltar mi primer sollozo al tomar la manta gris perfectamente acomodada en la cama.

A piece of my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora