la flor una vez dijo
ya marchita y sagrada
que moría feliz
aunque nunca fue amada.
sus pétalos caían
al bajar el sol
y el viento los llevaba
lejos del inexistente amor.
su abeja más querida
decayó por la noticia
y las hojas al ver su caída
informaron a sus amigas.
la abeja enfermó
y su familia muy mal quedó
y el insecto se arrepintió
de nunca haber declarado su amor.
(este 'poema' lo escribí a los ocho años, y quiero decir que me gustó para esa edad mía, y quería compartirlo porque sí.)
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lo que esconde el árbol tras el amanecer.
Poésiehe aquí mis escritos para días oscuros y grises. (o quizás no tan así.)