Capítulo 1... Un espacio vacío

115 6 4
                                    

Aborrezco profundamente la tonta idea de mi amada madre.
¡Como es posible que deseé vivir al otro lado del país!
En realidad no se si Wisconsin me vaya a gustar, extrañaría mucho a Gaby y Sarahi, en fin, creo que me tendré que acostumbrar a una nueva y aburrida vida sin mis dos mejores amigas.
-Querida por favor ya ven, es momento de irnos-. Dijo mi madre con su dulce y encantador tono mientras agarraba rápidamente su bello cabello rubio con una coleta.
-Ya voy-. Le contesté observando mi pequeña habitación por última vez.
-Se que es muy difícil para ti mi amor-.
-Ni lo menciones-. Dije bruscamente saliendo del cuarto.
Sentía mi garganta hecha un nudo, había pasado 13 años viviendo en aquella casa tan acogedora, ¿ahora quien se deslizaria por las escaleras? Suena inmaduro pero en realidad no creía que todo este asunto me fuese a doler mucho.
-Liana creo que sherman necesita ayuda-. Interrumpió mi padre mientras reía y señalaba a mi perro tratando de sacar un hueso que estaba entremetido en el asiento de la camioneta.
Me eché a reír.
-¿Cómo es posible que el no sienta angustia por dejar nuestra casa?-. Dije mientras me subía al lado de sherman.
-Cariño, ya no es nuestra casa-. Me dijo mientras metia un mechón de cabello a mi oreja.
-¡Pero es que no es justo!-. Dije algo enojada apartandole la mano.
Mi padre me miró impactado y se volvió hacia delante.
-¿Hmmm? ¿Papá?-. Dije en tono bajo tocandole el hombro.
-¿Estas enojado conmigo?-. Le repetí arrepentida.
-No cariño, sólo te pido consideración, estuve esperando mucho para que me promovieran a un lugar mejor-. Dijo mostrando una pequeña sonrisa.
Ahora si me sentía destrozada, creo que ya tenía suficiente edad para entender algo como eso, tenía razón, debía ser más comprensiva, este cambio significaba mucho para el.
No todos los días había oportunidades como esas y mi papá amaba vender casas.
-Siento el retraso, sólo que mi blusa tenía una mancha de labial y no me di cuenta hasta que entre al baño-. Dijo exaltada mi vanidosa mamá.
-¡Pero mi amor!, con manchas o sin manchas siempre luces hermosa-. Le dijo mi padre mientras le daba un tierno beso en los labios.
Mi mamá volteó a verme algo sonrojada.
-¿Ya estas lista cielo?-.
Asentí, aguantando la risa.
La camioneta avanzó.
Cada kilómetro que avanzabamos era como dejar un año de mi vida atrás, me dolía ver la ventanilla y ver por última vez aquellos grandes árboles, esos edificios tan altos que hacía falta vista para ver la punta.
Pronto aquello que solía ser Washington dejo de serlo, o al menos para mi.

Debieron pasar unas 2 horas de sueño, hasta que sentí a mi pequeño amigo lamerme la mano.
-¿Ya casi llegamos?-. Pregunté con voz soñolenta.
-No amor, vuelve a dormir-. Dijo mi padre con un bostezo.
Mi mamá estaba dormida con una pequeña manta rosa que cubría sus brazos y su cuello.
Encendí mi móvil y eran las 2:00 am, pero eso no me preocupaba, me preocupó el mensaje que tenía.
Al parecer el chico que me gustaba desde 4; de primaria me había escrito una pequeña despedida que decía así:
"Querida Liana:
¿Sabes? Te quiero desear un feliz viaje y mucha suerte con tu nueva vida, Sarahi me contó todo al respecto y créeme que estoy al tanto de TODO, no nos olvides por que nosotros jamás lo haremos".
Por un momento el sueño y el hambre que tenía desapareció.
Sentía mucha confusión, era obvio que sabía todo por la manera de resaltar la palabra "TODO".Quería matar a Sarahi por decirle lo que yo sentía por el, pero también era evidente que yo no le gustaba.
Lo mire por donde lo mire cualquier desición que yo tome no serviría de nada puesto que estos malditos kilómetros terminarian matando tarde que temprano nuestro pequeño amor de la infancia.

Ven, siéntate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora