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—No, no lo voy a hacer, Rika —te niegas agitando ambas manos. Te giras para observar al chico rubio y vuestras miradas se cruzan. Él te dirige una mirada despectiva y se acuerca a un chico de pecas—. No sé qué le pasa a ese niñato, pero no para de mirarme así de mal.

—Déjalo, Tsukishima es así. Pero... podrías intentarlo de nuevo

—No, chicas, me niego completamente. No volváis a pedirme algo parecido —así que te alejas de ella con la pelota en la mano, con la intención de continuar entrenando. Le dedicas alguna mirada furtiva, preguntándote aún porqué actúa de esa manera contigo.

El chico rubio y alto se percata de que lo estás observando, chasquea la lengua y se coloca las gafas. Vuestras miradas se cruzan, pero tú decides dirigir la mirada a otro lado.

—Vámonos, Yamaguchi.

Cuando pasan por tu lado, te quedas mirándolo, y él te dedica otra mirada despectiva, de nuevo. En cuanto se alejan, resoplas y tiras con furia a la canasta. Pero no metes, aunque no es algo que te extrañe. Eres alta, pero eso no es sinónimo de que se te dé bien el baloncesto. Te cuesta coordinar el movimiento de tus piernas con las de tus manos, por lo que avanzar con el balón te supone mucho esfuerzo. Aún te sigues preguntando porqué dejaste que te convenciesen para entrar en el equipo y porqué no te han echado todavía.

Estás corriendo tras el balón que ha rebotado en la canasta cuando escuchas a Tanaka llamarte. Te acercas a él con el balón en las manos y le saludas con una sonrisa.

—¿No tienes entrenamiento, o qué? —le preguntas apoyándote en una canasta.

—A eso venía, ____-chan —él se agacha para colocar su cara a tu altura y sonríe con complicidad—. Veo que no estás demasiado ocupada con el club.

—¿Qué te hace pensar eso? —te ofendes al oír esa insinuación.

—El hecho de que estés hablando conmigo y que te haya encontrado corriendo tristemente tras un balón que has fallado, mientras tus compañeras están haciendo abdominales y flexiones, u otras actividades más centradas en el baloncesto —responde Tanaka con suficiencia.

—Vale, me has pillado —te ríes de su comentario—. Bueno, ¿para qué me necesitas?

—Tú acompáñame, necesitamos ayuda en el club —se da la vuelta y comienza a andar. Gira la cabeza para mirarte y te hace un gesto de que lo sigas con la mano.

—Uff... qué remedio. No sé cómo terminas convenciéndome para estas, Tanaka-chan —tiras el balón en dirección a tus compañeras de equipo, corres para alcanzarlo y le das un suave golpe en la espalda—. Veamos en qué os puedo ayudar.

En cuanto llegáis al gimnasio, Tanaka te ofrece algunas actividades en las que puedes ayudar.

—¿Qué prefieres? Puedes recoger balones, ayudar a los rematadores haciendo de muro bloqueando, ya que eres muy alta.

—¿En serio me queréis para eso? —alzas una ceja y pones los brazos en jarras.

—O puedes lanzar pelotas para que entrene Noya-san y los defensas —añade Tanaka.

—Déjame pensar...

Decides:

☞recoger balones. Esperar a la siguiente actualización.

☞hacer de muro. Ve al desvío 21, muro.

☞lanzar balones. Esperar a la siguiente actualización.

Haikyuu // Tu futuro está en tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora