Los Rogers

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Natasha había resultado una mujer increíble que no decepcionó a Steve, comenzaron a charlar primero vía celular, luego por teléfono, salieron, se divirtieron, se conocieron y al final el rubio terminó en la cama de aquella hermosa mujer, en un departamento bien ubicado en el centro de la ciudad. Todo era amor y felicidad hasta que una noche en la que precisamente estaba meditando sobre la suerte que había tenido al encontrar a alguien como Toni cuando de pronto sintió algo muy filoso y frío en la garganta como en su entrepierna. Un movimiento en falso y se despedía de la vida como de su capacidad reproductora. Sus ojos se abrieron como platos al notar un par de ojos azules parecidos a los de su ahora novia mirándole con odio profundo.

-¿Quién coño eres tú? -gruñó la voz varonil, haciendo presión con sus cuchillos.

Para su fortuna, la castaña volvía del baño, aunque su reacción no fue la esperada. Puso manos en sus caderas como cuando se ofendía.

-¿PERO QUÉ CARAJOS HACES AQUÍ?

-¡¿Quién es éste?!

-¡RESPONDE LA MALDITA PREGUNTA!

-¡Lo voy a matar si no me respondes!

-¡ANTHONY EDWARS STARK SIM, SI LE CORTAS UN SOLO TESTÍCULO A MI PROMETIDO NO HABRÁ LUGAR EN LA TIERRA QUE TE OTORGUE DESCANSO! ¡TE LO JURO POR LA TUMBA DE NUESTROS PADRES!

Dos cosas supo Steve en esos momentos, una, que aquel hombre con rostro de psicópata era el hermano de Natasha y dos, que seguiría siendo fértil. Los cuchillos se retiraron, permitiéndole encogerse protectoramente mientras aquellos dos continuaban su charla discusión de hermanos que se han vuelto a ver. Por sensatez no se entrometió.

-¡Dejaste de escribir! ¡He tenido que escuchar los llantos de EMH todo el jodido día!

-¡Exageras! ¡Y no deje de escribir...! ¿Sólo lo he olvidado?

-¿Quién es éste?

-Éste es mi prometido, Steven Grant Rogers, ¿cómo entraste...? -Toni alzó sus manos- Olvídalo. ¿Realmente has viajado hasta aquí sólo para decirme que uno de mis hermanos me extraña?

-No.

-¿Okay?

SIM barrió con la mirada a Steve aunque arqueó una ceja al cuando éste se cubrió por completo con la sábana.

-Tony, concéntrate. Aquí, conmigo -la joven tronó sus dedos frente a su rostro.

-No me truenes los dedos, no soy tu ramera.

-¿A qué has venido?

-¿Prometido?

-¡Argh! -Natasha bufó cruzándose de brazos- Sí, Steve y yo nos vamos a casar, mira, tengo mi anillo de compromiso -le extendió su mano para que examinara el anillo- No he podido ir a decirles porque he estado ocupada. ¿Están todos bien?

-Es un anillo barato, no tiene dinero ¿verdad?

Steve temió por su vida de nuevo.

-¡No está tras la fortuna Stark si eso te preocupa! Steve es un hombre decente.

-Hm.

-¿A.QUÉ.HAS.VENIDO?

-Tienes que escribir, es en serio. El mocoso y Edward se han peleado, es un drama de princesas que nadie quiere arreglar.

-¿Qué hizo el pequeñín?

-¿Cómo sabes qué fue él?

-Edward, a diferencia de ustedes, no tiene tanta malicia.

Siete Stark para Siete RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora