Disclaimer: nada me pertenece. ¡Los personajes pertenecen a Marvel y la historia a Cassy 27! (Esta es una traducción).
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Día 203
Loki permanecía inmóvil en su colchón.
La luz se había apagado a las nueve, pero no pudo conciliar el sueño —lo cual siempre le tomaba al menos tres o cuatro horas hasta que era consumido por sus sueños. Apenas se sentía agradecido por no tener más pesadillas. Las últimas semanas habían sido... normales, a falta de una palabra mejor. Thor le llevaba el desayuno, y un par de veces a la semana le llevaba café o té en la tarde, el cual Loki detestaba, lo admitía, pero por el que sin embargo estaba bastante agradecido. Luego, alrededor de las siete u ocho, recibía su cena.
La última vez que se le había permitido ir arriba había sido exactamente hacía treinta días y realmente había enfurecido a Thor en aquel entonces, e incluso en algunas ocasiones, podía sentir los fríos ojos de Thor observándolo. Siempre se rehusaba a mirarlo cuando aquello sucedía, y enfocaba sus verdes ojos en sus manos o en su colchón —o en cualquier lugar, excepto en Thor. Aunque no había hecho nada malo, después de todo, ¡él era la víctima, no Thor!
Pero este día —el día doscientos tres— Thor bajó a su celda después de que la luz se hubiese apagado. Ni siquiera se había molestado en volver a encenderla, así que se había sentido bastante sorprendido y aterrado al escuchar girar las cerraduras. Thor entró un momento más tarde, llevando una linterna. Por alguna razón, se alegró al ver que ya vestía su ropa de dormir.
Por un efímero momento pensó que Thor había ido a hacerle daño, pero luego notó la emoción en aquellos ojos azules y sintió sus músculos tensarse. Había llegado a la conclusión de que odiaba las sorpresas. Nunca conducían a nada bueno.
—Levántate —le ordenó Thor, aunque su voz sonaba ligera y despreocupada.
Seguir órdenes se había vuelto algo normal para Loki, aun así nunca había renunciado a formular preguntas. Ni siquiera le importaba que pudieran causarle problemas. Simplemente sentía que tenía que oponerse a Thor de cierta manera —de cualquier manera.
—¿Por qué? —preguntó con curiosidad. Odiaba que su voz delatara su miedo—. ¿Qué está pasando? ¿A dónde vamos?
—Siempre tan curioso. —Rio Thor.
—Sabes que odio las sorpresas —respondió Loki simplemente.
Thor asintió.
—Lo sé —dijo con orgullo—. Pero todo pronto se aclarará. No dormirás en tu celda esta noche, y eso es todo lo que te voy a decir por ahora. No tengas miedo, Loki, puedes confiar en mí.
A Loki esto no le gustó. No le gustó en lo absoluto. Nunca había sido una persona ansiosa. De hecho, siempre había sido un joven seguro. Su hermano menor siembre había estado celoso de él cuando de su fuerte actitud se trataba, aunque Loki siempre le había asegurado a Helblindi que esto era simplemente cuestión de ver la vida de cierta manera testaruda. No eludía las cosas. Así era como había conseguido un trabajo tan importante de una manera tan pronta en su carrera, y como había conseguido una novia maravillosa y hermosa como Sigyn.
Pero ahora toda esa confianza se deslizó entre sus dedos como granos de arena. Le recordó a un poema de Edgar Allan Poe que había aprendido de memoria mientras estudiaba inglés en la universidad. A pesar de que su carrera había sido Derecho de Sociedades, siempre se había interesado en la literatura y el poema resultó ser uno de sus favoritos:
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Mi dulce príncipe (Thorki - Traducción)
FanfictionThor ha estado acechando a Loki por años, creyendo que está realmente enamorado de él. Después de observarlo en compañía de una inesperada mujer decide que es hora de hacer que Loki sienta su amor, de hacer que se enamore de él. Inesperadamente, Lok...