Prólogo.

106 8 0
                                    

Nunca he pisado tierra, nunca viví el día al aire libre, no vi árboles, ni tampoco una hermosa flor o un animal. Ustedes se preguntaran qué cómo es eso posible, bueno, si les voy a contar tendré que empezar desde el principio.

Hace 95 años una guerra entre países provocó un casi final a la raza humana. Rusia lanzó 27 misiles a los Estados Unidos, provocando una catástrofe y una gran guerra. Mi país no se quedó de brazos cruzados, lo cual no fue una buena idea. Rusia siguió fuerte, pero no sólo siguió la batalla con los Estados Unidos, comenzó a atacar a sus aliados. Las grandes bombas destruyeron parte del suelo y causaron una falla en la Tierra lo que causó que una radiación destruyera por completo lo que apenas quedaba de esta. Por suerte nuestra raza sigue con vida. Un grupo de personas se habían preparado y lograron huir antes de que suceda, consiguieron llegar al espacio, no muy alejados de la Tierra con oxígeno. A medida que pasaba el tiempo se iban haciendo más poderosos, consiguiendo más recursos. Gracias a ellos es que hoy estamos aquí, en Ecko, nuestra, ahora, cuidad. Pero... no sé si se podrá seguir viviendo seguros aquí.

En Ecko hay leyes, reglas, que si no cumples pagas las consecuencias. Más de 200 personas han sido asesinadas por sus crímenes, entre ellos padres, que sólo por querer ayudar a sobrevivir a sus hijos no reciben una segunda oportunidad. Más de 98 niños han quedado huérfanos a causa de estas consecuencias. Esas reglas nos han mantenido ordenados y seguros. Dan a entender que no se puede hacer lo que uno quiere, que se tiene ganar sus cosas. Si eres menor de 18 y no las respetas te encierran en una celda hasta que los cumplas y así poder acabar con tu vida.

¿Quieren que les cuente como llegué yo a una celda?

Se los hago un poco breve, aunque no soy buena para eso. Mi padre era parte del Consejo, un importante ingeniero, y alguien de muy buen corazón. Un día lo escuché hablando con mi madre sobre una falla en la ventilación, problemas con el oxígeno, al parecer sólo quedaban 2 años de vida. Él quiso contárselo a todos los ciudadanos pero el Consejo lo negó y se ocuparon de que ya no siga con nosotras. A mi me encerraron por saberlo y al tener 16 años no pudieron acabar con mi vida.

¿Y mi madre?

Pues ella lo delató, ascendió en su cargo y ahora tiene una vida de lujo. No tengo rencor hacia ella, pude perdonarla aunque me costó mucho, no quería pasar mi vida sin una figura materna, sin alguien que me aconseje aunque para ser sincera no tengo amigos, me aislaron de los demás, para que el secreto no salga a luz, pero volviendo a lo que estaba amo a mi mamá y yo sé que ahora vive con la culpa, llora todas las noches ya que veo sus ojos irritados cuando viene a hacerme compañía. Aunque tenga una vida de riqueza no esta bien psicologicamente, cada día la veo muy decaída. El dinero no da la felicidad señores y señoras.

Y ahora para cerrar todo este tema de mi vida, quiero que sepan que mi gran deseo es salir de este lugar y explorar lo verdoso de la Tierra respirar aire real, jugar en el lago. He tratado de convencer a mi madre de que me deje ir, en todo caso me iban a matar dentro de unos meses, pero no lograba que ella lo hiciera, por más que le he recalcado que había leído cada libro de supervivencia y que gracias a papá sabía mucho. Pero hay otra cosa que no logro entender...

-Prisionera 456, contra la pared.

-Qué sucede?-Digo haciendo caso.

-Eres elegida.

Ecko, 25 adolescentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora