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Me encontraba a una cuadra del bar cuando la llovizna que apenas mojaba mi cabeza se convertía en una lluvia torrencial, como un balde que de pronto volteas y todo su contenido cae por completo.

Llegue al umbral de la puerta iluminada por un cartel con el nombre de "Denny's Bar" en letras de tubos fluorescentes con intermitencia a causa del agua, o por lo viejos que estaban.

Entré. El lugar era pequeño y algo sombrío. No de mala muerte. Bueno, no si consideras la comodidad de los sillones y el televisor.

-Pensé que no llegarías- era Tom, el dueño del bar. Denny era el nombre de su hermano, por si se lo preguntan.

-Hoy fue un día largo- agarré una de las butacas de la barra y tome asiento. Tras Tom una variedad de bebidas y tragos embotellados se exhibían con iluminación y espejos, como si fueran a desfilar sobre la barra en cualquier momento.

-Si que lo fue- saco una servilleta de tela blanca de uno de los cajones y comenzó a secar vasos.  -Vi lo del incendio en el granero del viejo Dick. Debería dejar el cigarrillo.

-Tardamos 5 horas en apagar el incendio por completo. 2 en socorrer a su familia- solté un suspiro largo y silencioso. Estaba cansado y adolorido. Los párpados caían pesados sobre mis ojos que aún ardían a causa del humo. - No hubo bajas, sólo daños materiales. Por suerte llegamos antes de que el fuego se propagara por el campo.

-Salud por eso- Dijo levantando el vaso seco- Oye, ¿Te sirvo algo hermano? Tanto escuchar tus heroicas acciones en el cuerpo de bomberos voluntarios me hacen pensar que necesitas un buen trago- y vaya que lo necesitaba.

-Whisky, que sea doble.

-A la orden.- dio media vuelta y sacó una botella casi vacía. Tomo un vaso cuadrangular y vertió el contenido de la botella en el.-¿Hielo?- asentí, colocó dos cubos helados y me pasó el vaso.

-Corre por cuenta de la casa, pero solo este.

-Gracias Tom.- solo sonrió y se alejó para atender a otro cliente.

Por fin un trago. Largo. Ardiente. Como meter una espada por la garganta. Los cubos de hielo chocaban con el vidrio haciéndolo tintinear.

Aleje mi vista del vaso y mire al espejo que se encontraba frente mío. Mi cabello aún estaba húmedo y brillaba.

Algo en el espejo llamo mi atención. Era celeste. Un celeste cielo. No, más claro. Su piel era blanca y su rostro impasible. Estaba sentado en uno de los sillones para dos frente a una mesa, detrás mío. Había una copa en su mesa. Martini seco que apenas había sido probado.

Reconozco a cada persona que pasa por este bar los viernes a esta hora. Nunca lo había visto.

-Oye Tom- él se acercó sonriente. Supongo que por la agradable conversación que estaba teniendo con una de las meseras. Había otra antes de esta. No recuerdo su nombre ni la última vez que la vi.

-¿Quién es el nuevo?- apunte al espejo.

-Ni idea, nunca lo vi por aquí.

-¿Cuánto tiempo lleva?

-Una hora y media, tal vez dos. No vi cuando entro. Solo apareció parado frente a la barra. Pregunto si tenía un mapa y una soda. Le dije que era un bar no una estación de servicio. Luego enmudeció. Le ofrecí un martini y solo asintió. -voltee levemente y lo observe. Tenía la vista en dirección al cristal de la ventana. -Ha estado ahí desde entonces.

Sus ojos pasaron del cristal al martini, del martini a la barra y de la barra hacia mi. Sus orbes celestes se encontraron con los míos. Un segundo, tal vez un minuto. No lo sé con certeza. Volví la cabeza al estante de tragos y luego al espejo. Seguía observándome y yo a él.

Cómo Conquistar al estilo Kuroko No Basket |One-Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora