-Cap 5-

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Narra Sara-

Después de mi charla con Luh pasó un mes exactamente, el mismo día en el que hablé con Luh de hecho él hizo publico mi embarazo y yo lo confirmé, ¿El porque? Algún día debíamos hacerlo y después de tan emotiva charla y confuso momento ambos quedamos vulnerables y una cosa llevó a la otra, nos llegaron un millón y medio de mensajes, algunos felicitándonos, otros maldiciendo a Luh, otros a mi también, personas que no se lo creían, entre otros, dejamos que los malos comentarios nos resbalaran y todo fue a mejor.
En todo este tiempo experimenté un huevo de cosas con respecto al embarazo, cosas lindas e incomodas, por ejemplo el hipo de Sadres, es muy lindo para Luh de repente ver mi barriga saltar constantemente, pero para mi es mas incomodo, o mejor dicho molesto, es decir también veo el lado tierno, pero eso no quitaba que fuera molesto, una cosa extraña fue el consejo de Raquel de que tanto Luh como yo le habláramos, Luh encantado lo hizo, y meto las manos al fuego por decir que Sad ya reconoce su voz y también la mía, una cosa mala también es el puñetero insomnio que me hace llorar, ¿Insomnio que causa llanto? Pues si... El insomnio solo me mantenía despierta, pero la ganas de llorar me la traían los recuerdos... Los recuerdos de las incontables veces en las que Exo y yo nos despertábamos mutuamente para hacernos compañía, donde hablábamos, donde reíamos, donde todo, nuestra relacion estaba basaba en nuestras profundas pláticas nocturnas, esas donde la cordura nos abandonaba y la vergüenza se evaporaba, esas donde hasta en diferentes ocasiones fuimos a despertar a Gona y Luh solo por joder, lo que me hacía llorar era recordar esos momentos donde yo podía llamarme una persona feliz sin dudarlo ni un segundo, Raquel me ha dicho que no llore un millón de veces porque le afecta al bebé, y lo se, pero es inevitable, es decir ¿Cómo quiere que no llore si el padre de mi hijo no se preocupa por su hijo? Porque si, di por hecho que no le importaba, después de todo se suponía que él debía saber que Sadres existía, si no lo sabía era porque ni siquiera se había atrevido a leer un simple mensaje escrito por mi, lo cual me dolía algo parecido a la primera opción, como lo viera la relaciona que había creído definitiva para toda una vida entera estaba jodida ¿Cómo era posible no llorar? No quería que nada le pasara a Sadres, él era mi vida entera, y hasta lo llegué a querer como nunca imaginé, pero solo no podía no hacerle daño, y eso me hacía sentir aún peor ¿Si no podía protegerlo estando dentro de mi como se suponía iba a hacerlo cuando estuviera fuera? ¿Que clase de madre dañaba a su propio hijo aunque fuese sin querer? Era un asco toda la bendita situación en la que me encontraba...
Pasando un poco del tema también hubo una parte más que fue buena ya que pudimos ver a Sadres mas activo en las ecografías, se chupaba el dedo, hacía gesto, era muy lindo, y de hecho Luh lloró un par de veces al verlo, yo no entendía como sin ser él su hijo Luh podía quererlo tanto, pero no me quejaba, Sadres iba a crecer de la mejor manera en la que yo pudiera hacerlo crecer así que suponía que estaría bien...
Por otro lado también en ese mes recibimos la invitación a la boda de Rubius y Mangel y de hecho ese era él día donde íbamos a asistir a la misma, estaba algo nerviosa, pero me sentía bien por algún extraño motivo. Esa mañana me desperté y vi que Luh seguía dormido, me di una ducha y me arreglé, cuando terminé bajé a buscar a Luh y lo encontré sirviendo el desayuno, comimos juntos hablando, reímos un rato y depsues él se fue a preparar para la fiesta ya que a la ceremonia ya no llegábamos -Luh se paró tarde no fue del todo mi culpa.- subí a la habitación y me recoste un poco, iba a necesitar toda mi energía cuando estuviéramos allá... Me relajé y di un corto suspiro, daba gracias a lo que fuera por que ese día no me dolía absolutamente nada, en lo que Luh terminaba de arreglarse un poco el gepeto revisé un poco Twitter, saludé a la gente, respondí algunas respuestas -Valga la redundacia- y la puerta de la habitación se abrió, por ella vi entrar a un apuesto Luh.

   —¿Estas segura de que quieres ir?

Me preguntó Luh mirándome comprensivo y con algo de nerviosismo, era obvio que él tampoco estaba del todo seguro sobre si ir era lo correcto o no.

(Exorinha) "Mediando culpables."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora