Existe en algún lejano lugar un río de lágrimas negras. Es un río grande y profundo, un río que quema. En sus bordes puede sentirse la pena y la rabia, también el dolor.
El río no permite que la luz penetre en su interior, pero esto pierde importancia en aquel lejano lugar pues allí no brilla nunca el sol. Este enorme manto de lágrimas negras tiene de un lado nada, y del otro lo mismo.
El escenario es desolador, nada hay en él, pero cuenta el viento, que si caminas incautamente por las orillas de aquel grande y profundo río, por un tiempo que es más bien muy largo, llegarás a la entrada de un tupido bosque negro.
La tierra, que se ha visto maldecida por la providencia a estar en todas partes avisa a los ignorantes del peligro al acercarse:
"¡Maldito! –Exclama la tierra. -¡Maldito sea todo el que entre al bosque donde ni el viento quiere entrar!"
-"¡Maldito!-Continua la tierra. -¡Maldito el que ignore mis palabras y ose entrar en aquel tupido bosque negro, donde nada bueno crece, donde el agua no corre ni los pájaros silban, donde acechan los demonios, porque de aquel no sobrevivirá ni el recuerdo de su existencia!
A pesar de las advertencias de la tierra, algunos incautos, varones y hembras, y animales, de vez en cuando, cada cien o mil años entra al tupido bosque negro.
Había pasado un buen tiempo ya, y la tierra dormía. En sueños esta empezó a escuchar pasos que se acercaban cada vez más a aquel lugar donde ni el viento quería entrar.
-"¡Maldito!"-Se alzó la tierra después de mil años en silencio, despertada por aquellos incautos pasos. La tierra pudo observar al responsable de esos mal dirigidos pasos: una chica de mirada brillante.
La chica de mirada brillante ignoró las advertencias de la tierra, ella no haría caso a nadie que intentará curvar su camino, tenía una verdad que descubrir, una que ni la tierra ni el viento, ni nadie más que ella podría comprender.
Tan rápido como entró al tupido bosque negro descubrió el silencio y la oscuridad más profunda que había sentido, era imposible orientarse en aquel sitio y efectivamente, no había viento que soplara hacia ninguna parte. La chica de mirada brillante entendió más rápido que lento el hecho, había entrado a un lugar del cual probablemente no podría salir.
Por primera vez durante su viaje sintió miedo, y se preguntó si merecía la pena descubrir aquella verdad escrita en su corazón, aun podía devolverse y salir de aquel lugar, estaba cerca, pero tampoco se atrevía volver atrás, sabía que viviría una vida vacía y sin sentido si no descubría esa verdad.
Luego de unos pocos segundos en los que estuvo sin moverse hacia ningún lugar, retomó el valor que había perdido y con ello, el camino que había escogido.
"Lo peor que podría pasarme si sigo adelante ha de ser una muerte inminente." se dijo a sí misma, "Pero si abandono, lo mejor que podría pasarme sería justo eso, una muerte inminente." "Más vale morir que vivir sin sentido."
La chica de mirada brillante, utilizando este pensamiento como un mantra, continuó caminando. Sus pasos eran torpes pues nada alcanzaba a ver. La chica de mirada brillante guardaba un total silencio, se había percatado al notar su propio silencio, que ni la propia tierra se atrevía a susurrar dentro de aquel lugar.
Luego de lo que parecieron horas y horas de caminata continua, la chica de mirada brillante empezó a sentir el germen del miedo brotar desde su interior, era evidente la situación, estaba perdida, de hecho, empezaba a sentir que caminaba en círculos, pues había empezado a notar patrones repetitivos en el camino que seguía.
Agotada se recostó sobre lo que creía era un árbol y sin proponérselo se durmió. Tiempo pasó hasta que la chica de mirada brillante sintiera el primer resplandor de una luz en aquel lugar. La chica de mirada brillante se despertó y de un saltó se incorporó. Lanzó la vista hacia todas partes una y otra vez pero nada pudo notar, solo oscuridad.
"Ha de haber sido un sueño, uno muy bueno. –Se dijo. -Pero solo ha sido eso, un sue..."
Entonces algo crujió. La chica de mirada brillante aguantó la respiración y quedó paralizada. Había algo justo detrás de ella, algo muy grande, y podía sentirlo respirar muy pesadamente, ella sabía que aquello la había visto y por lo tanto, no ideo ningún plan de escape, sabía que hiciese lo que hiciese, moriría.
La chica de mirada brillante podía escuchar como aquello se acercaba más y más, muy lentamente, hasta tener aquello a un milímetro de su espalda, la chica de mirada brillante sabía que solo necesitaba dar un paso hacia atrás, uno muy pequeño, para chocar con lo que sea estuviera detrás de ella.
Luego de unos segundos, la chica de mirada brillante considero correr, después de todo, si moriría inminentemente, nada perdía con intentarlo. Así que con este nuevo pensamiento en su cabeza, concentró todas sus energías en sus pies, mientras que aquella cosa permanecía inmóvil detrás de ella. Aprovechó ese pequeño momento en el que aún estaba segura de continuar con vida para pensar en su verdad, en la que tanto tiempo y esfuerzo había invertido por encontrar. Ese pensamiento le dio fuerzas para sonreír levemente, tal vez por última vez... ¡y correr!
Un pie detrás del otro, a toda velocidad, la chica de mirada brillante corrió con todas sus fuerzas intentando esquivar los obstáculos, sin tropezar. Sentía aquella inmensa bestia correr detrás de ella y no podía entender como aun no la había alcanzado y devorado. Intentó confundir a lo que sea que fuera aquello evitando correr constantemente en línea recta, intento encontrar algún hueco en el que meterse y procuraba no tropezar, pues sería su fin, todo, mientras corría por su vida en total oscuridad.
La chica de mirada brillante debía llevar unos cuantos minutos corriendo, hasta entonces no había encontrado ningún hueco, ni había logrado despistar por completo a lo que sea que fuese aquello, pero lo que sí consiguió en aquel estado de total excitación fue tropezar, y rodar.
No tardó mucho en darse cuenta de que aquella cosa ya no la seguía, sintió alivio; tampoco tardo mucho en darse cuenta de que estaba cayendo sin control hacia lo que probablemente habría de ser un abismo.
Y así fue. Pronto sintió que su cuerpo se desprendía de la tierra y empezaba a precipitarse en caída libre a algún lugar desconocido. La altura era tanta que tuvo tiempo de asimilar que estaba a punto de morir, y que jamás conocería su verdad.
"Debí hacerle caso a la tierra" Pensó. "Pero ya es muy tarde."
Mientras todo esto ocurría algo más pasó, algo que consiguió helarle la sangre de la impresión a la chica de mirada brillante y ahora, algo cansada. Ella vio una luz... "¡Una luz!"
Por primera vez desde que había entrada a aquel lugar observó algo de luz, era redonda y parecía moverse, era tan potente e irradiaba tanta luz que a duras penas podía observarla unos segundos con los parados entrecerrados. Con todo aquello, la cegadora y redondeada fuente no debía tener ni la mitad del tamaño de su cuerpo.
La luz flotaba a una gran distancia de ella, pero le parecía a la chica de mirada brillante y algo cansada, que esta se acercaba a ella a gran velocidad, y cuando pudo comprobar que era así, sintió otra vez un miedo terrible.
"¿Y ahora que ha de ocurrirme?" Pensó. Con el precipicio y la caída libre estaba claro que moriría, pero con esta misteriosa y cada vez más cercana y segadora luz todo volvía a ser un misterio.
Pronto las preguntas acabaron, cuando la luz tocó su cuerpo, y la chica de mirada brillante y algo cansada perdió el conocimiento.
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Existe un lugar
Short StoryEl camino a la verdad no es sencillo, no es corto ni fácil de recorrer, más bien es complicado, largo y agotador. Pocos deciden empezar a caminar en dirección a su verdad, casi nadie consigue encontrarla. Es fácil que tu espíritu y tu cuerpo perezca...