Capítulo IX - ¡Al carajo mi orgullo!

673 59 8
                                    

Estoy en una habitación, despierto poco a poco con el aroma de un conocido y delicioso perfume, luego vagamente noto el olor de tocino y huevos recién hechos, cuando abro los ojos lo primero que me encuentro es esa hermosa y seductora sonrisa, y luego me encuentro con sus ojos verdes, penetrantes e intimidantes, que me observan como si yo fuera lo más bonito que habían visto.

-Buenos días, Pipes...

Su voz ronca me estremece. No puedo hablar, intento responderle pero no puedo, ella se levanta y yo quiero evitarlo, así que estiro mi mano para sujetar la suya pero ella se aparta, entonces observo que está hablando de nuevo pero no logro escucharla, todo se obscurece y luego se oye una voz distinta a lo lejos...

-Piper... nena... despierta... Piper.

Siento que tocan mi brazo repetidas veces con cariño y entonces despierto realmente. Martha me dedica una dulce sonrisa a lo que yo intento devolvérsela aun aturdida por ese maldito sueño y bastante decepcionada porque solo fue eso, un sueño.

-Dormiste mucho, como no bajabas te traje el desayuno.

Me siento de golpe, "maldición".

-Oh, gracias, ¿Qué hora es?

-Las 10:30 am, nena, ten. –estira la bandeja con deliciosas rebanadas de pan, tocino, huevos, café y jugo de naranja. –Come algo, espero que te hayas divertido anoche, imagino que si porque según Fred llegaste en la madrugada.

-Sí, la verdad es que la pase más que bien. –no puedo dejar de sonreír en cuanto los recuerdos llegan a mi mente.

-Me hace feliz, ahora, cuando termines Fred dijo que por favor fueras a verlo, habló sobre un paquete para ti. –se dirige a la puerta.

-¿Me llego un paquete? –pregunto completamente confundida, las únicas personas que saben que estoy en casa de mis padres son Lorna, Larry y... Alex. Tendría que ser de Larry, no tendría ningún sentido que Alex me enviara algo.

-Eso me dijo nena...

Mi curiosidad me supero y sin terminar de desayunar por completo fui a buscar a Freddy.

-Señorita Piper, buen día.

-Buenos días, Freddy, ¿tienes algo para mí? –el asiente.

-Esto llegó esta mañana. –me dice entregándome una cajita forrada con papel azul y un pequeño lazo blanco. La miro confundida.

-¿No sabes quién lo envía?

-Quizás lo diga dentro.

-Veamos.

Quito el papel rápidamente, mi confusión se vuelve mayor al ver que la caja es de un teléfono último modelo. Una tarjeta cae al suelo y yo la levanto.

"Por favor acéptalo y no pierdas la cabeza, es un regalo.

Espero tu respuesta, Pipes."

Sonrío al terminar de leer nota, pero... "¿qué carajo?" jamás me espere algo así, no lo creo ni tampoco lo entiendo, ¿por qué hizo esto?

"Esta mujer me confunde demasiado, se preocupa por mí, quiere ayudarme, protegerme y en ocasiones me coquetea... pero no intenta nada. Estaba siendo... ¿amigable?"

No, si quisiera ser solo mi amiga no me coqueteara o me regalara teléfonos, las amigas no hacen eso.

-¿Un admirador secreto? –pregunta Fred divertido, yo sonrió para él.

Nunca lo imagine. (Vauseman)Where stories live. Discover now