Solo se puede morir una vez y lo único necesario para morir es estar vivo. Es tan cierto que resulta obvio. Sin embargo, es doloroso que sea tan claro ahora.
Ahora que mi sobrino solo pudo hacer dos cosas en su corta vida: nacer y morir; no pudo amar, ni reconocer, ni ser consciente de su alegría, rabia, tristeza o frustración: todas las cosas buenas o tediosas que hubiera podido experimentar, si hubiera tenido un poco más de tiempo para morir.
Ahora, también, que pienso que todo esto seguramente fue lo que pasó por la mente de mi hermano, al recordar en su lecho de muerte —lecho que él diseñó y escogió— cómo murió su hijo.
ESTÁS LEYENDO
Belleza en la muerte (Cajón de relatos II)
NouvellesEste segundo cajón de relatos tiene una colección de escritos que muestran distintos aspectos de la muerte, sobre el amor en la muerte, sobre el placer, el olvido y en ocasiones sobre su belleza.