EL CHICO QUE ME QUIERE |* Verkwan

Tiene el corazón roto por mi culpa

- Creo que estoy enamorado.

Seungkwan aplaudió mientras se reía — Te lo dije ¿No es así? Cada vez que la veías empezabas a balbucear más idioteces que de costumbre. No lo puedo creer. Mi Hansol enamorado.

El muchacho se rió mientras negaba con la cabeza. — ¿Porqué pareces estar más feliz que yo?

- Porque has crecido. Porque estas enamorado. Porque estar enamorado es maravilloso. —Aunque tu amor no sea correspondido. Aunque te tengas que preparar para el momento en el que te diga que quiere a alguien más. Aunque tengas que poner una sonrisa falsa en tu rostro. Aunque tengas que esconder las lágrimas. Aunque muerdas tu labio para que el llanto no salga. Aunque aprietes las manos para que éstas no se pongan a temblar. Aunque a veces duela como el infierno.

Ah, Hansol. No le podría haber dado mi corazón a nadie más. Aunque lo hayas roto. Aunque no lo puedas aceptar. Gracias. Por dejarme amarte. Aunque sea de lejos y a escondidas.

La lluvia siempre tendrá tu nombre. Los columpios serán siempre nuestro castillo. La cocina de tu madre tiene guardada en el fondo del gabinete nuestros nombres entrelazados. La calle frente a la escuela conoce nuestra ruta de escape. La maestra de Ingles siempre mantendrá en secreto el que tú hicieras mi tarea. El helado de menta solo sabrá bien cuando lo comparta contigo.

Cuando me levante en la mañana, sabré que te quise tanto como pude. Que te ofrecí mi alma bajo el nombre de amistad. Que aunque mi corazón siempre ansió mas de ti, cambie mis deseos por aquello que tú necesitas de mi.

Me alegra Hansol. Que estés enamorado. Aunque no sea de mi. Aunque hoy te pierda un poquito más que ayer. Aunque quizá no te olvide. Ha sido un gusto estar enamorado de ti. Ahora tú, ama. Ama todo lo que puedas, ama tanto como yo te ame.

Los brazos de Hansol rodearon a Seungkwan. — No sé porqué lloras. Pero si lo vas a hacer, apóyate en mi. Y no dejes de hacerlo ¿Si?

Seungkwan sonrió, con lagrimas, en las que no había reparado hasta ese entonces, aún en sus ojos. — Sí.