•Capítulo 3•[ confía ]
Ava caminaba oprimida por los llenos pasillos del instituto. Apretaba con fuerza los libros que recientemente había cogido de su taquilla, dirigiéndose a la siguiente clase. El día estaba siendo un total infierno.
Llego al aula moral, en la que se daba una clase de lo más innecesaria para la mayoría de alumnos. Era como una especie de tutoría, en la que la profesora, una joven psicóloga, hablaba con los rebeldes adolescentes, prometiendo ayudarles en sus asuntos y enseñándoles los verdaderos valores de la vida.
Iba con tiempo suficiente, cuando a la entrada del aula, en la puerta, un grupo de tres chicas que ya había visto en otras clases le impidieron el paso.
–Hola Ava -saludó una teñida.
Ava hizo un leve gesto de cabeza, y apretujó sus libros contra su pecho aún más.
-¿Por que no te sientas hoy con nosotras en la cafetería? Te vendría bien algo de.... conversación -habló empalagosa la chica que poesía un gran bolso de charol, acercándose vacilante a Ava.
Ava retrocedió de golpe, perdiendo el equilibrio y casi callando al suelo. Mientras que las tres chicas reían por el pensamiento de que la débil niña nueva se caería, unos musculosos y fuertes brazos sujetaron el cuerpo de Ava, evitando cualquier percance.
-Ya está bien chicas, dejadla pasar.
Athan rodeó la cintura de Ava con su brazo, a lo que Ava se encogió. Las tres chicas no podían evitar mirar el despampanante semblante de Athan. Ese chico... era de lo más atractivo.
-Hola Athan -habló la rubia -Está noche mis padre se irán a cenar fuera. Hay una fiesta. Podrías venir -sugirió coqueta.
Athan sonrío abiertamente.
-Si, Ava y yo nos pasaremos después de cenar.
Athan notó como los músculos de Ava estaban tensos. Con una poca de desconfianza, dejo que sus dedos dibujaran caricias en su cintura, bajo la ancha camiseta que había decido llevar esa mañana. Si quería el dinero, necesitaba salir con esa chica, y para ello requería de su confianza. Y Ava seguía demasiado tensa a su lado.
Se preguntaba cuál sería el problema de la hermosa chica. Porque no estaba ya codeándose con los populares chicos del instituto, y acostándose con los chicos del equipo de fútbol. Ella tenía pinta de ser de esa clase de chicas.
Pero estaba claro que no lo era, su padre lo dijo la tarde anterior.
El contacto de Athan en la piel de Ava, le comenzó a ser reconfortante, tranquilizador. Sus dedos quemaban en la cintura de la chica, y por un solo momento no quiso que Athan se separa de ella.
-¿Ella vendrá? -preguntó la rubia.
-¿Algún problema?
Athan sonreía cínico. No sabía muy bien cómo comenzar a afrontar la situación que se le venía encima. El dinero le era necesario, y tenía claro que trabajaría para el señor Johnson. Pero eso conllevaba sacar a pasear a la chica, y quizás eso le quitase muchos privilegios.
O tal vez no.
-No, no. Ninguno. Pasaros cuando queráis.
Y las tres chicas entraron en el aula contonenandose.
Athan se separó entonces de Ava, y se apoyó en la pared de al lado de la puerta, cruzando sus brazos sobre su torso. Ava se quedó completamente quieta, incapaz de moverse y sin saber que hacer.

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Baila para mí.
RomanceAva Johnson es una entre un millón. Un caso único e impredecible. Algo extraño. Su vida nunca fue fácil, a pesar de que tampoco fue difícil. Simplemente no fue. Su hermano junto con su padre, desesperados, le dieron la espalda a su antigua vida, b...