8 veces en las que llore a causa tuya. ~ JuNo

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La primera vez fue cuando teníamos 5 y 8 años respectivamente. Nunca he logrado comprender como es que a pesar de nuestra diferencia de edad logramos convertirnos en mejores amigos.

Tal vez todo se debió a que en esa época el pueblo en el que vivíamos solo había pocos niños de nuestra edad, que tú fueras extranjero y una persona muy tímida tampoco te ayudo demasiado a hacer mas amigos.

Por eso a la edad de 5 años tuve mi primer amigo gracias a que te convertiste en mi vecino.

Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Yo jugaba con unos carritos en mi patio trasero cuando un fuerte sonido se escucho por toda la cuadra y un gran camión se dejo ver a través de la valla.

Esa noche durante la cena mi padre comunico que teníamos nuevos vecinos, dijo algo de que venían de otro país, algo que sonaba como Chaina o algo así. La verdad en ese tiempo yo era muy pequeño como para saber donde quedaba ese lugar y no me importaba de donde viniera yo solo quería un amiguito con el que por fin pudiera salir a jugar.

Esa misma noche mi madre me advirtió que mañana iríamos a visitar a los nuevos vecinos para llevarles algo de pastel y darles la bienvenida.

Yo no me opuse, igual tenía curiosidad.

Lo primero que tengo que decir, es que tu casa en definitiva era rara. Tenía muchos adornos que solo había visto en los catálogos que mis padres habían conseguido para decorar su negocio de comida china y olía diferente. Tu madre salio a recibirnos con una sonrisa pero eso no quito mi incomodidad, me sentía como si estuviera en un lugar desconocido y peligroso pero eso solo duró hasta que pude ver a un niño escondido entre las piernas de la dueña de la casa.

– Saluda Jun, no seas tímido.

La voz de tu mama sin duda era cálida. Incluso puedo asegurar que las canciones que ella te cantaba para dormir sonaban mejor que las que mi mamá cantaba para mí pero nunca se lo digas, porque si no mi madre me matara seguro.

Desde un principio supe que eras mayor, quiero decir, para un niño de tu edad sin duda eras algo flaco y bajito, alguien que se veía pequeño pero en ese tiempo yo era un cosita de nada así que tampoco me puedo quejar.

A mi favor debo decir que nos hicimos amigos muy fácilmente, los dos éramos niños calmados pero cuando nos juntábamos sin duda nos convertíamos un par de tornados que destruían todo a su paso. Igual debo argumentar que gracias a nosotros nuestras familias se volvieron muy unidas.

Pero en fin eso tu lo recordaras con mucho mejor detalle que yo, entre los dos tú eres él que tiene mejor memoria.

Lo que en realidad quiero contarte fue la primera vez que llore por tu culpa, no fue nada del otro mundo pero por ser la primera siempre tendrá un lugar importante en mis recuerdos.

¿Recuerdas esa vez que nuestros padres nos construyeron una casa en él árbol que atravesaba nuestros dos patios?

Vivimos tantas aventuras en ese lugar. Pero la que esta mas fresca en mi memoria es la vez que quisimos robar unos cuantos jugos de la nevera de tu casa antes del almuerzo, logramos sacarlos pero a mitad de camino mientras subíamos la escalera colgante, la voz de tu madre llamándonos resonó, tu entraste en pánico y empezaste a echarme la culpa, tanta era tu desesperación por parecer inocente que empezaste a hacer varios gestos que ocasionaron que la escalera se balanceara y en un mal movimiento ocasionaste que yo me resbalara.

Oh por dios. El dolor fue insoportable y para empeorar las cosas tu solo comenzaste a lloriquear más fuerte porque según tú "mi brazo había quedado volteado hacia él otro lado", estúpido me asustaste idiota, porque en realidad solo me fracture el hombro.

Nuestras madres salieron corriendo inmediatamente al oír tanto ruido para encontrarse conmigo tirado en el suelo retorciéndome del dolor y tu aun colgado de la escalera pidiéndome perdón.

"No te mueras Channie, se que fui un mentiroso y que yo también tuve la culpa de que robáramos lo jugos pero no me dejes"

A decir verdad todo se junto, la mirada reprochante de nuestras madres, el dolor de mi hombro y la risa que tuve de verte llorando de una manera tan tonta. Así que inconscientemente comencé a llorar contigo, al ver eso bajaste rápidamente para abrazarme provocándome mas dolor en cuanto me tocaste.

Si que eras un idiota, pero esa acción fue muy amable de tu parte, amablemente estúpida.

Aun recuerdo que tuve que pasar 2 meses con el brazo enyesado y que nuestros padres nos castigaron por semanas. Y no fue por robar los jugos si no por no ser cuidadosos y ocasionar desastres como esos.

Ah, tampoco me puedo quejar, solo agradezco que la definición de castigo para nuestros padres fuera encerrarnos en la casa viendo tv mientras bebíamos los jugos que ocasionaron todo.

Nuestra infancia fue buena Jun... ¿Porque no pudimos ser niños por siempre?