Capítulo 2. Part 2

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Estoy en una habitación, corriendo en círculos y sin saber dónde me encuentro, mis manos tiemblan y solo se ve una luz al final de la habitación, corro pero la luz solo se aleja más y más. Logré llegar a la luz, es Katherine y me dice que despierte, pero no prefiero soñar con su imagen que vivir con solo su recuerdo.

-Solo debes despertar. -susurró a mi oído.

...¡Aaaah! -Grito en la regadera.

Me levanté con una presión en el pecho combinada con impotencia.
Siento como el agua pasa por mi cabello hasta bajar por la espalda, las lagrimas brotan de mis ojos como si fueran parte del agua de la regadera; mi cuerpo está débil y me dejo tumbar en la esquina de la ducha.

-¿Cómo llegué a éste punto?, ¿cuándo las cosas se volvieron tan malas? -Digo a mi mismo en voz baja.

Salgo de la regadera mientras cierro la llave del agua. El piso se mojó un poco y mis pies hacen saltar pequeñas gotas del agua de la superficie. Mi cabello gotea agua que empaña el teléfono al frente de mi.
Veo el espejo y está empañado, lo limpio para poder ver mi rostro; mi rostro lleno de cortadas, mi rostro son ojeras; su rostro perfecto, sus pequeñas pecas en la nariz, sus hoyuelos en las mejillas.

-¡Cómo la extraño! .-Exclamo mientras veo mi reflejo.

Tomo una camiseta que había en la mochila de playa, me la coloco y en eso suena la puerta, supongo que ha de ser Gladys.

-Servicio de habitación, te conviene abrir, tengo un martillo y puedo derribar la puerta. -Dijo Gladys en tono de broma, debido a mi tardanza para abrir la puerta.

-¡Oh!, buenos días. No quisiera que me vieras desnudo, así que mejor no derribes al puerta.- Dije mientras abría la puerta. Ella me observa con desespero y una sonrisa torcida. Al menos no tiene el cigarrillo.

-Creía que te habías ido más temprano de lo que decías, así que vine a verificar que seguías vivo y no en el suelo convulsionando por una sobredosis de Éxtasis o Crack.- Dijo como si fuera muy normal ver ese escenario en éste lugar.

-Gracias, pero aún sigo vivo. Supongo que llegaste antes de que me lograra suicidar .-Respondí su broma con otra broma sarcástica y una pequeña sonrisa de niño pequeño.

-Bueno, me debes unas respuestas, así que baja y yo te invito el desayuno .-Exclamó antes de dar la vuelta e irse mientras encendía un cigarrillo.

Cierro la puerta para terminar de vestirme y tomar mis cosas, bajaré antes de que suba con una escopeta y un trozo de pastel.

Tomo la mochila y mis cosas para luego dirigirme a la puerta e ir a la cafetería.

Bajo las escaleras y volteo a ver la habitación en la que estuve toda al noche y percatarme de que no me olvidara de algo, supongo que tengo todo en la mochila y termino de bajar los últimos cuatro escalones.

Llego a la cafetería y allí está Gladys de espalda a una de las ventanas, solo puedo ver su cabello rojo y rizado, lleva un vestido campirano de flores rosas y amarillas.

Entro al local y huele a huevos fritos con café y humedad. Está adornado con cosas del campo, al igual que la habitación; tiene pequeños cuadros con vaqueros en caballos y las paredes son rojas con detalles turquesa.

La veo y ella voltea a verme, me hace un gesto a lo lejos para que me siente junto a ella. Tiene de su lado un plato con tostadas, HotCakes, ensalada de frutas y otras cosas que están mordisqueadas y no se logra ver lo que era.

-Hola Gladys, veo que te gusta desayunar ligero .-Le expreso con sarcasmo.

-Sí, éste es el desayuno de los verdaderos hombres, pero como creo en la igualdad lo comeré igual.- Mencionó como respuesta a mi sarcasmo.

En Las Vías Del TrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora