Un pequeño rayo de luz

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Heechul era el niño mimado de su abuelo, desde pequeño solo quería convertirse en el dueño de la empresa familiar y pasaba horas en la oficina para aprender aún a su corta edad los términos y los movimientos que debería tener en cuenta para manejar una gran empresa.

Su abuelo intentaba que Hee disfrutara su infancia como otros niños pero ni Leeteuk podía llevarse a su pequeño sin aguantar horas de llanto.

Los años fueron demasiado generosos con Heechul regalandole una belleza sin igual, cualquier hombre podía enamorarse de el, y era el tesoro más grande de su hermano que no dejaba que nadie lo mirara con otras intenciones. Hyuk Jae era apenas cuatro años mayor que Hee pero lo cuidaba y amaba igual que su padre Kangin.

Hee tenía quince años cuando escuchó al socio de su abuelo arreglar un negocio fraudulento que estaba de manera casi imperceptible acabando con todo.

La parte de la empresa que estaba en Corea estaba en ruinas pero la de Osaka tal vez podía salvarse. La noticia de la traición de su socio y amigo debilitó a Shindong causándole un paro cardíaco del cual no se recuperó.

Eunhyuk su hermano se había casado con Donghae, su eterno amor de la infancia, días antes que su abuelo falleciera como consecuencia de la evidente perdida de aquello que le llevó toda su vida construir.

Heenim era muy joven pero su deseo de honrar la memoria de su ser más querido le dio la fuerza necesaria, para ponerse al frente del timón de aquel barco a la deriva. Su hermano no estaba interesado porque no parecía posible sacarla de aquella crisis y su padre tenía su propio negocio al cual no pensaba renunciar.

Decidió enfocar todos sus deseos y sueños a su trabajo a pesar de ser muy joven, sin pensar llegó a sus manos una gran oportunidad de recuperar lo que su familia tenía, lo que el tanto deseaba desde niño.

Su hermano era muy feliz con su matrimonio ya habian pasado dos años desde que había dado el si más importante de su vida, en cambio Hee jamás se enamoró, ya tenía 18 años, sentía que tal vez ese sentimiento era algo que no existía y no necesitaba conocerlo, había intentado buscarlo en los brazos de múltiples amantes pero jamás lo logró, su mente solo se enfocaba en su empresa.

Veía con mucho dolor el sufrimiento silencioso de Hyuk, a pesar de miles de intentos y tratamientos no podían lograr ser padres, Hae se deprimia con facilidad y su matrimonio estaba en riesgo.

Eun decidió aceptar un trabajo que le fue ofrecido en otro continente ya que la situación que vivía con su pareja los angustiaba y no querían terminar separados, necesitaban un cambio de aire, una nueva vida.

Heechul tuvo que verlos partir y se tenía que contentar con esporádicas visitas que cada vez se hacían menos frecuentes.

Después de tres años Heenim recibió una gran noticia, aunque no lo esperaba después de tanto tiempo, su sobrino Yesung había llegado para hacer felices a todos, su hermano había ocultado la gran noticia debido a que su pareja había perdido varios embarazos y esa situación había logrado envejecer a sus padres que ansiaban tener su primer nieto tanto como el deseaba salvar su matrimonio y recuperar al verdadero Donghae.

Yesung era un niño hermoso que se convirtió rápido en la luz de toda la familia. Leeteuk y Kangin viajaban muy seguido a visitar a su nieto y así habían logrado tener un vínculo muy fuerte con el pequeño a pesar que sus padres no habían dejado Canadá desde que el niño nació por sus agendas completas dia y noche.

Por diferentes situaciones Heechul no conocía a su pequeño sobrino y eso le molestaba, su trabajo le quitaba lentamente a su familia, la situación se agravó cuando tuvo que trasladarse a las oficinas en Osaka.

Sus padres sólo lo localizaban después de mil intentos de llamadas era lo único que podían hacer, el nunca estaba en un sólo lugar.

Pasaron cinco años y Heechul regresó a Corea para ver a su sobrino que estaba en casa de sus padres con Donghae mientras que Hyuk terminaba sus negocios en Inglaterra.

Conocería por fin a aquel niño tan precioso del que tenía millones de fotografías en su oficina.

Al llegar a casa de sus padres un pequeño niño lo esperaba en el umbral de la puerta. La mirada curiosa y llena de amor de su sobrino le llegó a tocar el alma, aquel vacio que sentía en medio del pecho ya no estaba más y en su lugar se había instalado un cálido sentimiento que el no lograba asimilar ni entender.

Yesung saltó a sus brazos y lo abrazó con fuerza.

- ¡Tío Heechul!- Yesung conocía a su tío por fotos, pero apenas había comenzado a hablar sus papás le regalaron un celular para que conociera la voz del único hermano de su papá y hablara también con sus abuelitos todo el tiempo que quisiera o por lo menos lo suficiente para que Leeteuk tomara el primer vuelo que saliera si lo escuchaba llorar o si la niñera no le cumplía sus caprichos.

Hee lo abrazó con mucho cariño, cinco años de verlo crecer en las fotografías no se comparaban con lo que significaba tenerlo en sus brazos.

- ¡Tio! ¡tio! ¡Yo te quiero mucho!-

Aquel pequeño tenía admiración por su tío Hee, todos los días escuchaba a su familia hablar sobre lo que había logrado con tan solo 25 años, sacar adelante una empresa que estaba en la ruina convirtiéndola en una sólida multinacional que daba millones de dólares en ganancias no era nada fácil, pero lo había hecho. Cada semana recibía regalos cada vez más hermosos enviados desde Japón, y se había vuelto costumbre que esperara al cartero en el jardín de la casa.

Heechul sabía como hacerlo feliz, conocía todos sus gustos a pesar de no conocerlo a el personalmente.

- Yo también te quiero pequeño, no sabes cuanto.-

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💙💙💙Ayden Lee💙💙💙

Al limite de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora