─❀° Oᥕᥣ᥉ Tᥱᥲr᥉.❜❜

¡ O 5◞♡° !

En la hora de la cena Bokuto siempre tenia algo para contar, esa noche no fue así: se mantuvo en silencio y apenas tocó su plato.

Se levantó agradeciendo la comida y fue directo a lavarse los dientes.

Los padres del búho solo le desearon buenas noches, él igual, no sabían que más hacer.

Se miró al espejo decaído, tenia ganas de golpear su frente contra el reflejo con tal de no verse. Parpadeó un par de veces y caminó hasta su cuarto, al entrar cerró la puerta apagando la luz.

Recorrió la habitación hasta llegar a su cama y recostarse, conocía bien su hábitat natural -así lo llamaba Kuro-.

Desbloqueó el celular y le mandó un mensaje a Kuroo:

¡Hey heey heeey bro!
Sueña bonito 🍖

Lo haré bro.
Voy a soñar contigo.

Mordió su labio inferior con una sonrisa boba, por más que quisiera no podía dejar de sonreir al ver mensajes de él, sea cual sea.

Pero vio que la foto de perfil que tenia Kuroo con un gato no estaba, a los segundos era de Tsuki con él. Frunció el ceño y salió del chat, ahora no solo estaba triste sino que también enojado.

Quizá estaba enojado por amar a un hombre, mejor dicho dos, que Akaashi y Kuroo hagan dudar de su sexualidad.

Sus padres nunca le dijeron "eres un niño y por eso debes gustar y salir con niñas", siempre fue algo natural. El ver como hombres salían con mujeres le hacia pensar eso o los mismos adultos con sus comentarios de "serás como tu papá", querría decir que "saldría con alguien como mamá".

Se colocó los auriculares y como si fuera nada reprodució algún tema aleatorio, se metió entre las sabanas hasta cubrir su rostro y se quedó viendo el celular -a la nada mejor dicho- no sabia que hacer y sus ojos poco a poco ardían, estaba llorando sin saber el por qué.

Recordó que al día siguiente tenia examen, chasqueó la lengua molesto, no había estudiado (más bien le mintió a Akaashi sobre las fechas para no estudiar) y era de las materias que le iba mal. Tapó sus ojos con fuerza, no quería saber nada del estudio. Estaba cansado de solo respirar y eso era lo que la secundaria no le dejaba, ni eso ni sus padres.

Bokuto haz esto, Bokuto haz el otro, Bokuto tus notas bajas, Bokuto ordena tu cuarto, Bokuto debes aprender a cocinar...

Salió de las sabanas a tomar una gran bocanada de aire, se sentía pésimo.

Él realmente quería hacer sentir a sus padres orgullosos pero no podía, no se sentía capaz por más que quisiese, le costaba más de lo que creía y no solo eso sino que se esforzaba y nada le salia bien.

Esa noche Kōtarō tuvo pesadillas, despertó mal, llegó tarde al instituto, desaprovó el examen, olvidó el almuerzo y en las practicas le fue de lo peor.