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El tiempo transcurrió con tranquilidad. Se pasaron la tarde en la habitación de Yoongi hablando de cosas triviales y molestando al mayor de los tres. Hubo momentos en los cuales Jimin se sentía fuera de lugar. A nadie le gusta estar de sujeta-velas, y Park no iba a ser menos. Jungkook estuvo coqueteando con el pelinegro delante de sus narices. Ya se encargaría de hablar con su amigo sobre eso. A ver, él no estaba celoso, solo quería saber si Kook sentía algo por Min, nada más. Pero si llega a decirle que no quiere nada, se encargará de acercarse a Yoongi.

—Hyuuuuuung~—dijo Jungkook desde la cama del mayor.—Ya es muy tarde, creo que es mejor llevar a Jiminnie a su casa. Puedo llevarlo yo si quieres hyung, está cerca de aquí. A parte necesitas trabajar en tu proyecto de la universidad, que yo sepa te falta poco para acabar la pista.—sonrió abiertamente.

—¿Una pista? ¿Qué está estudiando, hyung?—preguntó de forma inocente Jimin.

—Música. Me gusta mucho todo lo que tiene que ver con ella.

—Entonces estudiamos en el mismo bloque.—sonrió—Yo estoy estudiando danza y tengo como hobbie cantar. Quiero escuchar alguna canción compuesta por usted hyung. ¿Debería de llamarlo sunbae?—ladeó la cabeza aún sonriendo.

—Te enseño alguna si tú me enseñas como bailas, entonces ahí si que sería un trato justo. Y por favor, será mejor que no me llames de esa manera, no me gusta que me pongan como un superior sin tener el conocimiento suficiente para ser llamado así.—sus hombros se elevaron, mientras su sonrisa se ensanchaba.

Jimin miró de reojo a Jungkook pero sin dejar de habar con Yoongi. Su amigo se miraba que estaba molesto por la falta de atención, pero Park no le dio importancia. En ese momento solo importaba entablar amistad con el chico de piel pálida.

Después de unos minutos decidieron que ya era hora de irse aunque Min insistía en que se quedara a dormir. Jimin encantado, el problema era el menor, que no paraba de insistir y tironear de su camiseta. Antes de salir del departamento, Yoongi se despidió de Jimin y le dio las llaves de su coche a Jungkook.

—¿Seguro que sabes conducir? No me pienso montar contigo sin haber visto tu licencia antes.—su ceño se frunció instantáneamente. ¿Por qué no podía haber venido su hyung?

—Jiminnie, confía más en mí hombre, no le haría nada al coche de mi hyung.—recalcó la palabra "mi", lo que hizo estremecer a su amigo—Anda, sube. No va a pasar nada.

Al final los dos se encontraban en camino al gran departamento de Jimin -el dinero no era algo que le faltara a los padres de Jin-, ya que a este no le apetecía para nada ir a as diez de la noche andando.

—Kookie...—su voz salió en un hilo, aún no sabía exactamente que decirle al menor.

—¿Si, hyung?

—Yo...quería preguntarte una cosa, pero espero que no te incomode, nunca querría destrozar nuestra amistad por algo así.

—Me estás asustando Jimin...

—No es algo a lo que le tengas que tener miedo...

—Solo dilo, te estás liando un poco.—una pequeña risa salió de sus labios.

—¿Te gusta Yoongi hyung?—esta vez fue más directo de lo que le hubiera gustado, pero las palabras solo salieron de sus labios de esa manera.

—¿Qué te hace creer eso?

—Pues el modo en que lo tratas. En verdad quiero saber eso Kookie, ya que no quiero meterme si te gusta o estás enamorado de él. Pero Yoongi hyung me atrae y quiero conocerlo más.

Las manos de Jungkook apretaron el volante con bastante fuerza. Pero no respondió nada, quería pensar las cosa antes de contarle de sus sentimientos a alguien. Le caía muy bien Jimin, pero que se acercara a Min no le gustaba nada. Así que solo necesitaba un plan para esto. Después de la confesión del mayor, el viaje pasó en un incómodo silencio hasta que el coche fue  aparcado delante del lujoso edificio, dejándole vía libre a Jimin para escapar de la incomodidad. Pero después de salir, Jungkook habló.

—Jiminnie, hyung no es el que me gusta.—lo miró y sonrió—Pero no te voy a decir nada más que eso.

El coche salió de allí dejando a un Jimin confundido sin entender nada. ¿Eso significaba que podía acercarse a Yoongi? No tenía ni idea de como había logrado ser amigo de aquel chico, el noventa por ciento de tiempo, no lo entendía.

Decidió entrar a su departamento y comer ramen. No tenía ganas de cocinar y tenía de sobra. Una vez preparada su comida, agarró el bol más un vaso con Coca-Cola y se sentó en su sofá para comer tranquilamente. Sacó su teléfono del bolsillo...o no. Aquel lugar de su chaqueta se encontraba vacío, pero no dio todo por perdido, aún le quedaban bolsillos por mirar. Pero el mundo se puso en su contra en ese momento y el timbre sonó.

Sin ganas se levantó para abrir la puerta. No tenía ni la menor idea de quién era. Se había imaginado a cualquier persona menos a Jin. Se suponía que el mayor saliera con una cita, la cual no tenía ni idea de quién era, pero si el mayor estaba tan contento sería una buena persona. Pero su cara no demostraba eso, se notaba que había llorado gracias a la rojez de sus ojos.

—¿Hyung...?—sus brazos envolvieron a su mejor amigo con parsimonia mientras iba desplazando su cuerpo hacia el mullido sofá, cerrando la puerta con llave en el proceso.—¿Quiere contarme lo que ocurrió?—acarició la cabellera marrón de Jin superficialmente.

—Ahora solo quiero dormir Chim Chim... Mañana te cuento.

—Claro hyung. Dentro de un rato iré a dormir yo también. ¿Quiere que pase por su habitación antes?

La cabeza de Jin se movió lentamente de atrás hacia adelante, asintiendo. La mano de Jimin pasó por su espalda como forma de darle ánimos. No tenía ni idea de que había ocurrido, pero estaba casi seguro de que ese tal Ken tuvo la culpa de ello. Siguió comiendo mientras la silueta de su deprimido amigo se alejaba.

Sintió impotencia, quería ayudar a Seokjin por todas esas veces que lo ayudó a él con lo de Taemin, pero sentía que no servía para nada. Siempre fue así, sus inseguridades iban antes que cualquier cosa.


Por defecto, el destino-YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora