XI

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A veces
sólo quiero
que recorras con la yema de tus dedos
cada una de mis venas.

Y, joder, qué pena
no tenerte aquí,
no tenerte a ti
para morirme de amor
y de la risa.

A veces
sólo quiero
que me toques cada rizo
y les pongas nombre.
Todo con tal de oír tu preciosa voz.

A veces
sólo quiero
que apagues mi piel,
que arde en deseo de sentirte.

A veces
sólo quiero
que me recites
el poema de tu vida,
ese que te escribí.

Elige el que quieras,
todos te tienen dentro.

Como yo.

Celebremos que te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora