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Desperté aquella mañana con un extraño sabor en la boca.

- Por los Dioses... ¿qué hora es? - mi voz sonaba totalmente ronca.

Eran las 13:47, la noche anterior estuve jugando al WOW hasta bien tarde, o temprano, creo recordar que fui a dormir cerca de las 6 de la mañana.
Me levanté torpemente de la cama y encendí el ordenador, tenía el desayuno en el escritorio, supuse que era obra de mi abuela.
Me acabé de tomar el desayuno mientras le echaba un vistazo a Twitter. Entonces vi que Sarreth estaba conectado en Discord y decidí llamarle.

- Oye, ¿cuándo nos vamos?- es cierto, en tres días nos íbamos junto con Víctor a mi pueblo, llegaba la feria y me hacía mucha ilusión llevarlos conmigo.

- El jueves, he hablado con mi abuela y ya está todo listo.

- Jo, qué ganas tengo de ir contigo.... ¡y con Víctor!

- Me alegra mucho poder llevaros a los dos.

- Por cierto Saúl, ¿esta tarde a qué hora?

- Pues quedamos sobre las 19:00 donde siempre, ah, Víctor no puede venir, está ocupado.

- Entonces ¿vamos los dos solos?- al oír esta última palabra un ligero escalofrío recorrió mi cuerpo de abajo a arriba.

- Correcto, y ahora me voy a jugar, nos vemos esta tarde.

                               ***

El resto de la tarde la pasé jugando hasta que llegó la hora de irse. Me puse mi mejor traje y esperé a que Sarreth llegara.

Ya había transcurrido 20 minutos de la hora acordada, comencé a pensar en la posibilidad de que no se presentara, si llegase tarde me hubiera escrito o llamado ¿no?
Estaba a punto de irme cuando le vi aparecer por la calle de enfrente.

Pasamos la tarde yendo de tienda en tienda, ambos teníamos compras que hacer. Cabe destacar que hubo un momento en el que Sath entró a una tienda con un aspecto un tanto extraño, cristales tintados de negro y alguna que otra luz de neón, no supe qué compró ya que me pidió que me quedara fuera y al salir llevaba su adquisición envuelta y en una bolsa, aunque vi que era cuadrada, como una caja.

Íbamos a ir al Curry Ya, donde solíamos cenar siempre que salíamos, pero desgraciadamente estaba cerrado y tuvimos que buscar otro lugar. Finalmente nos decidimos por un restaurante vegetariano al que Víctor ya nos ha llevado más de una vez.                                    

- ¿Sabías que el rey de corazones es el único que no tiene bigote? - esa repentina pregunta me pilló bastante por sorpresa.

- Uy, yo tengo que afeitarme el bigote, empiezo a parecer un hombre de mal.

- Deberías dejártelo, bigote y barba, y convertirte en un hombre de provecho.

- Llevas razón, ME COMPRARÉ UN MALETÍN.

En cuanto acabamos de cenar fuimos a prisa a una tienda la cuál yo frecuentaba y compré un maletín, era de piel sintética, negro con acabados dorados, un agarre de madera oscura y un interior forrado de tela con varios compartimentos. Vaya, era un maletín precioso y ahora era mío, mi maletín.

Tras la inesperada compra, estuvimos un rato paseando por las calles de Málaga hasta que llegó la hora de volver a casa.

- Bueno, ahora debo volver, el WOW me espera.

- Si, yo posiblemente me ponga a jugar a algo también.

- ¿Te lo has pasado bien? - la verdad es que soné más preocupado de lo que quería.

- Por supuesto, ha sido un día agradable... contigo.

- Bueno, adiós.

- Adiós... - Sarreth pareció dudar un instante, con la cabeza gacha y aspecto inquieto.

- ¿Ocurre algo?

Y sin mediar palabra se me echó encima, me abrazó, me estaba abrazando, no sabía cómo responder.

- Sa...

- Gracias...

Me soltó y, dándose media vuelta, se marchó ante mis ojos atónitos por lo que acababa de ocurrir.

¿Qué le ocurre?

Black Bow TieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora