Episodio 3 (Escenas 38-56)

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El coche se abalanzaba rápidamente por la autopista sobrepasando los límites de velocidad permitidos. El conductor era menor de edad , llevaba una gorra roja y unos vaqueros un poco desgastados. Pero aún por la situación seguía dormido al volante . En la radio sonaba una canción lenta , probablemente de los noventa , y , al parecer, una de las preferidas del conductor. Un pito de un coche rompió su sueño , y las luces de un coche que venía de frente cegaron su visión. Ese fue su último recuerdo.
A la mañana siguiente encontró pequeños cristales en su camisa y un dolor tremendo en la espalda . Delante de él había otro coche y una mujer con una herida que le atravesaba toda la garganta . Estaba muerta. Pero un pequeño joven que se encontraba sentado detrás lloraba sin cesar . Abrazado a su madre muerta , repetía cuánto la quería. Las miradas de ambos se entrelazaron por pocos segundos , y el chico rompió el momento cuando hizo un gesto despectivo apartando la vista y volviendo a centrarse en su madre .
El chico no podía moverse apenas , su fuerza no daba para tanto , y el dolor de espalda se extendió hasta la cabeza . Sintiéndose culpable el chico decidió lanzarse a conversar con el joven del otro coche.
-Lo siento mucho-Dijo el chico.
-No creo que sientas nada- Respondió el otro joven.
La policía llegó a la hora y media de estar allí. Y sacaron a los dos chicos y al cadáver de la madre del coche.
-¿Cómo te llamas hijo?- Preguntó un policía.
El chico no sabía qué responder a eso. Pero finalmente contestó:
-...Cristián...
-¿Y tú? -Añadió el policía dirigiéndose al otro chico.
-Lucas - Contestó sin duda. El chico explicó todo lo sucedido mientras lloraba a la muerte de su madre. Los dos menores quedaron en libertad con cargos , y al coger los papeles del coche , ambos encontraron la misma carta . Era una invitación a una fiesta . Cristián no sabia dónde vivía o si tenía algún familiar que pudiera hacerse cargo de él , así que le indicó la ubicación de la mansión para que le dejara allí.
Lucas estaba escuchando disimuladamente la conversación entre Cristián y el policía mientras leía la invitación y notó que la dirección que indicó era la nombrada en la carta. Así que decidió ir allí también.
-Yo también voy allí- Le indicó Lucas al policía.
Ambos se montaron en el coche y en unos cuarenta y cinco minutos se encontraron a veinte minutos a pie de allí. Los dos chicos se bajaron del coche y comenzaron a andar , pero ninguno hablaba . Lucas intentaba seguir el ritmo de Cristián , ya que no quería quedarse sólo en ese desconocido lugar.
Llegaron tras un paseo silencioso a la gran verja plateada. En la mansión habían varias luces encendidas , pero los dos últimos pisos destacaban por su ausencia. El timbre dio paso a los dos chicos a entrar por la gran verja , y allí , Ana los recibió repitiendo lo mismo que llevaba haciendo desde que Gorgue entró la primera noche . Los chicos fueron directamente a sus dormitorios de la segunda planta . La habitación de Cristián estaba frente a la de Gorgue que espiaba a los dos desde el otro lado de la puerta , mientras que la de Lucas estaba casi al final del pasillo . Todavía quedaban varias horas para la cena , ya que llegaron mucho antes de lo que se les esperaba.
Cada habitación tenía su pequeña ducha , pero Cristián decidió irse a la piscina y nadar un poco para relajarse . Tras llevar nadando una media hora , se dejó caer en el borde de la piscina . Cerró los ojos ,y , queriendo desaparecer por unos segundos pensaba cómo su vida había cambiado hasta llegar al accidente y a la mansión. Cristián y Lucas recordaban su vida anterior al contrario que el resto de habitantes . Todavía no había conocido a las otras personas de la casa , a excepción de Ana , de hecho , creía que no había nadie más. Gorgue había notada la llegada de ambos al segundo piso.
El descanso de Cristián fue interrumpido cuándo alguien lo empujó para abajo , ahogándolo. Después de llevar un rato abajo , lo subió dejándolo apoyado en el bordillo y le pegó.
-¡Mi madre está muerta por tu culpa!- Gritaba Lucas mientras le seguía pegando. Cristián no opuso resistencia los primeros minutos , pero después de ver débil a Lucas le empujó dejándolo caer a la parte honda de la piscina. Allí , en medio de la piscina , ambos peleaban por bien quien moría ahogado. Pero fueron parados cuando la luz cálida de la habitación fue sustituida por una rojiza y muy molesta para la vista. Ana entró corriendo seguidos por Lucía y Gorgue , y frenaron en seco al ver a los dos , en especial Cristián , llenos de sangre y mojados.
No les hizo falta ayuda para sacarlos de la piscina y Ana mandó a Lucía a por toallas para ambos .  Podías sentir la tensión y el odio entre ambos.
-No podéis matar a nadie todavía- Añadió Ana , diciendo la última palabra en un tono que probablemente sólo ella escuchó. Cada uno fue llevado a sus respectivas habitaciones y allí se prepararon para la cena . Todos llegaron puntual a la cena , excepto Gorgue, que se retrasó un poco . Lucía parecía muy interesada en conocer a ambos , pero ninguno respondía sus preguntas. La cena terminó mucho antes de lo esperado y todos volvieron a sus dormitorios.
Pero la salida fue interrumpida por una gran pancarta que recorrió los dos extremos del recibidor.
-VAIS A MORIR TODOS-
Aparecía escrito en rojo y muchos pensaron que podría ser sangre. Las sospechas de los cinco presentes fueron directamente a Gorgue , que se retrasó unos minutos para la cena. A Cristián le pareció una broma pesada , pero Ana actuaba muy preocupado .
-Tengo que irme- Ana desapareció de inmediato mientras subía las escaleras . Y después la voz de Ana fue escuchada por todos los rincones de la mansión indicando que debían ir inmediatamente a las habitaciones. Todos hicieron caso , pero seguían con las preocupaciones de que podría estar pasando .

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