Nos mudamos, o al menos eso creemos. Mañana firmaremos los papeles. Las habitaciones son objetivamente mejores. Mejor situación, mayor amplitud y mejor ambiente.
Hemos conocido a los otros españoles, simpáticos y agradables. Me han relajado y clamado sobre el tema de las prácticas. Hay un chico, Miguel, 26 años, tan joven, tan viajero y una fuente de conocimiento que deja a uno en un pozo de torpeza e inteligencia; pero a la vez humilde, servicial y simpático. Personas que lo tienen todo, sin saberlo y sin los cuales no valdríamos.
[Contexto: La primera residencia a la que llegamos era Nooruse 5, pisos de tres habitaciones, con tres camas en cada una. Mixta. Una cocina enana y una ducha de, literalmente, un metro y medio cuadrado. Raatuse 22, la residencia nueva, por el contrario era más grande, tres habitaciones de dos camas cada habitación. Un baño en condiciones y por qué no decirlo más barato. A parte de eso, Raatuse, está más cerca del centro, a diferencia de la otra que sí o sí había que coger el autobús.
A los otros españoles los conocimos en Moku, un Pub muy chulo y con ambiente, allí vimos que eran chicos majísimos y que desde luego que nos teníamos que mudar]
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90 días en Tartu
Short StoryEsta es mi historia, tres meses en un país nórdico, con las preocupaciones y reflexiones de una chica normal, un poco tímida y muy reticente de conocer gente nueva pero a la vez ganas de vivir nuevas experiencias. No esperéis increíbles historias de...