Señora Pritzqker

Capítulo 5

Primero que nada ustedes merecen mis sinceras disculpas, no he podido actualizar debido a el robo de mi telefono y no saben cuanto me costó recuperar mi cuenta de wattpad; los recompensaré.

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Después de toda esta "acción" de hoy, Abie ha dicho que puedo retirarme antes. Al llegar a casa un camión de mudanza está afuera de esta, me animo a correr.

- ¡Hey! ¡Señor! ¿Que está pasando? Este es mi hogar. Debe haber un problema.-

▪ ¿Aaron Johnson?.▪

- Por supuesto, ese soy yo.-

▪ Por favor, firme aquí y lo llevaremos a su nuevo departamento.▪

- Un momento, permítame hacer una llamada, vuelvo enseguida.

Mierda, estoy seguro que Pritzqker es la que está detrás de todo esto.

- Señora Pritzqker, ¿usted está detrás de todo esto? -

~ Primero que nada, señorita Pritzqker. Aun no estoy casada. ¿Y de que hablas, Aaron?

- Entonces, señorita Pritzqker, ¿tienes algo que ver con la mudanza de mi hogar?

~ Que terco eres, sólo has lo que te digan y más pronto de lo esperado me verás. ~

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He conducido más de cincuenta kilómetros y los camiones de la mudanza al fin digan detenerse en un lujoso departamento con al menos treinta pisos de altura, espero que Pritzqker sepa de mi miedo a las alturas.
Los señores de la mudanza me plactican que se tardarán un buen tiempo arreglando mi nuevo departamento, que podré estar cómodo en la noche así que decido dar una vuelta y recorrer por lo que veo mi nuevo vecindario.

Definitivamente me encanta, es maravilloso tiene muchos árboles y es muy natural, tiene parques inmensos y el centro comercial está a unos cinco minutos. Pero no quiero adelantarme a nada, no sé porqué Pritzqker ha hecho todo esto. Tarde o temprano hablaremos del tema.

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Creo que han pasado unas cuatro horas y ya son las díez y un cuarto, lo único que quiero es dormir así que me voy al departamento.

Al llegar es inevitable mirarlo hacia arriba y las náuseas se aproximan a mi. Su nombre es raro, es francés, creo. Flammes. Un letrero grande y luminoso anuncia ese nombre. Llamas en español.

Entro y sigo pensando que es inmenso. Me dirijo hacia la recepción para saber cuál es el número de mi departamento y mi piso.

- Buenas noches señorita, soy Aaron Johnson. Esta tarde me mudé aquí pero aún no me he enterado de los datos de mi departamento. -

~ Permítame revisar. Teclea muy rápido su computadora. Señor Aaron, aquí tiene su llave, su piso es el número treinta y uno y por cierto el último. ~

Mierda.

- Muchas gracias *digo sarcasticamente* ¿pero cuál es el número de mi departamento?

~ ¿De qué habla? La planta número treinta y uno es solamente suya. ~

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