Capítulo 8

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Hoy es viernes y son las 9 AM. En una hora mas tendré que dar clases de conducir a Pritzqker, aún no me acostumbro a decirle Abie. Me meto a la ducha, me visto y me marcho.

Bajo en el elevador y se detiene en el piso 19, sube un hombre que me resulta conocido... Es Dave, el prometido de Abie.

-¡John! Que gusto verte.- Dice alegremente pero ¿Quien es John? Definitivamente lo dice por mí ya que no hay nadie mas en el elevador.

-Mi nombre es Aaron, señor Dave, igualmente es un gusto saludarlo.- Digo sarcasticamente. ¿Que lo trae por aquí?.-

-Una... eh una hermana mía vive en este edificio, y tú ¿que haces aquí? Digo este es un lugar para gente con dinero y de alto nivel económico.-

-Abie... digo la SEÑORITA Pritzqker me lo ha comprado.- Digo sin más rodeos.

-¿¡Qué!?.- Parece muy asombrado y me río de su expresión. ¿Y cuál es el número de tu apartamento?.- dice.

-No tiene número, es la planta 31, completa y toda para mi.-

El elevador llega a su destino, se abren las puertas y luego caminamos hasta la puerta de el edificio. Se despide y me dice.

-¡Ah! Se me olvidaba... pronto la Señorita Pritzqker, como dijiste, será Señora Pritzqker.- Dice arrogantemente.

-Adios Dave. Estrecho su mano muy fuertemente.-

Subo a mi coche y arranco a por Pritzqker.

Al llegar a casa de Abie toco la bocina dos veces y luego bajo a abrir la puerta del auto. Han pasado 10 minutos y aún no sale, son las 10:20 AM. Me preocupo, golpeo la puerta y veo que está entre-abierta, decido entrar.

-¿Hola?.- digo. Nadie responde... subo las escaleras y escucho que alguien se queja, Mierda son gemidos pero si Dave no está en casa de la señorita Abie ¿Con quien está?... me acerco silenciosamente a la puerta de donde provienen estos gemidos y pongo mi oído en ella para escuchar más, al hacer esto me resbalo y caigo. Mierda. Menuda sorpresa me llevo al ver a Abie recostada en su cama, tapada hasta el cuello y con una de sus manos en su Tablet viendo porno y con la otra tocándose.

-Oh Dios mío... lo, lo siento no quería interrumpir, me ha sitado a las 10 AM, toqué la bocina y no ha salido, me preocupé y decidí entrar a verla.

Su cara es fascinante, esta muy excitada y sorprendida.

-Dios Aaron, debes tocar antes de entrar, por favor sal, toca mi puerta y entras.- Dice algo malhumorada.

Salgo de su habitación sonrojado y golpeo su puerta.

-Puedes pasar.- dice

Oh Dios me quiere volver loco, está delante de la puerta completamente desnuda y tocando mi entrepierna.

Señora PritzqkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora