CAPITULO 3
Mi frente estaba llena de sudor, mi camisa estaba empapada de lo que suponía que también era lo mismo. Sentía que mi corazón estaba corriendo una maratón, estaba acelerado, más de lo normal. Me levante de la cama de un brinco. Necesitaba ver a mi madre, saber que estaba bien en su cuarto tomándose una gran taza de café, leyendo uno de sus libros favoritos. Entre a la habitación de ella sin aviso. Ahí estaba en su laptop tecleando letras. Dios mi corazón volvió a mi cuerpo, recupere el aliento que había perdido. Era un sueño, que digo un sueño, era una maldita pesadilla que estaba atormentando. Sentí mis ojos pesados por cargar lágrimas dentro de ellos. Mis mejillas ardían cada que las lágrimas rodaban en ellas. El susto que tuve no lo compararía con nada, no me imaginaria que eso hubiera sido real, mi madre teniendo una crisis, la familia de mi mejor amigo ignorándome como si fuera un fantasma. Que locura.
- Cariño ¿Qué te paso? – se levantó de la cama y se acercó – no llores, ya todo va a pasar – me atrajo a ella, colocándome en su pecho. Me sentía a salvo, me sentí protegida por la persona que más amaba en mi vida. Ella solo intentaba calmar lo que yo tenía.
- Tuve la peor pesadilla que jamás en mi vida habría tenido
- A ver, cuéntame que pasaba en tu pesadilla – me tomo de la mano y se sentó conmigo en la cama.
Esto me llevaba al pasado, siempre que tenía un sueño feo o me gustaban mucho los sueños se los contaba a mi madre siempre. Ella le parecía bueno que lo hiciera, decía que los sueños eran fabricados por el subconsciente, algunos podrían ser recuerdos de vidas pasadas o de momentos que no recordaba bien nuestra mente, también podrían ser ''predicciones'' mi madre creía mucho en esas cosas y la verdad yo también lo hacía. Creía en el destino, el karma, la fuerza del universo; todas esas cosas. Le conté a mi madre el sueño que había tenido. Lo único que dijo era que no tenía por qué preocuparme, su rostro cambio totalmente al yo haber terminado de contarle. Era demasiado extraña, su ánimo podía cambiar de un segundo a otro, me confundía su comportamiento algunas veces; no era así, de un tiempo acá se había vuelto más ''neutra'' a ella le estaba pasando algo que no quería compartir conmigo y lo aceptaba tenía que tener su privacidad, pero si era algo muy importante para ella quería ser partícipe de eso.
Debía alistarme para ir a la fiesta, cuando decía alistarme me refería a bañare y ponerme ropa limpia. Mi intención no era llamar la atención de nadie, además que no quería ir a la fiesta solo acompañaba a Cody, el hacía mucho por mi así que me sentía obligada a devolverle el favor aunque el nunca esperara nada a cambio. Me di un baño corto, me puse unos vaqueros negros, una blusa de tiras blancas y una camisa de cuadros grises. Ya eran las ocho de la noche, Cody vendría por mí a esta hora y dudo que demore en llegar, vive a algunas calles de mi casa. Escuche el pito de su auto sonando repetidas veces. Hablando del rey de roma. Solo me faltaba peinarme el cabello y cepillarme los dientes, no quería que se fijaran los chicos en mí pero tampoco esperaba que se espantaran por mi aliento.
- ¡Sal ya Krystel! – gritaron desde afuera. Me había llamado por mi segundo nombre, él sabía que no me gustaba ni un poco que me llamaran así, era una de las pocas personas que conocía mi segundo nombre. Nadie lo usaba excepto cuando me querían regañar por algo o estaban enojados conmigo, así que sabía a qué atenerme cuando me llamaban Krystel.
Me cepille los dientes de volada, me despedí de mi madre y Salí corriendo por las escaleras. Cerré la puerta de la casa causando un estruendo, subí al asiento del copiloto, como siempre. Estuvimos escuchando música todo el camino hasta la casa de Brad. Su casa quedaba en uno de los barrios más ricos de la ciudad, su casa era lo suficientemente grande para que el equipo de futbol del colegio se quedara a vivir en ella. Había ido unas dos veces hace mucho tiempo, cuando éramos buenos compañeros hace unos dos años o más.
YOU ARE READING
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Teen FictionLa vida da muchas vueltas, mas de la que podrias llegar a creer, en un momento todo esta mas que bien pero no sabemos cuando podria cambiar todo eso. Al abrir tus ojos todo sera diferente asi que aprovecha lo que tienes, en el momento que lo posees...