Vaporización

4

El experimento empezó con tres hombres colocando esa especie de caja en la mesa, a la cual le conectaron unos tubos e introdujeron algunas sustancias.

— ¿Para qué es eso, profesor?—pregunto Ian mientras observaba la grandeza de la máquina.

—Una vez terminemos—interrumpió otro hombre--,les diremos de que va todo esto—Julián simplemente asintió.

Entonces entro un hombre más a la habitación, este cargaba una jaula, en la cual había un conejo negro.

—Buenas tardes a todos—dijo mientras ponía la jaula en el suelo. —Soy el Ingeniero Lance Nolan. Tengo una ingeniería en bioquímica y llevo trabajando en los laboratorios de la universidad de Stanford dese hace 20 años. —Siguió hablando hasta que uno de sus hombres le dio la señal de que todo estaba listo. —Sé que en este momento se preguntaran exactamente que estamos haciendo...

"La respuesta es simple. Estamos el día de hoy reunidos para presenciar el máximo descubrimiento de la humanidad, la solución a muchos de nuestros problemas"—levanto la jaula con el conejo y la coloco en la mesa.

Intente hacer una pregunta pero me detuvo levantando la mano.

"Las preguntas hasta el final".

"Durante la mitad de mi carrera he trabajado solo con un fin, el bienestar humano. Por eso, me siento orgulloso de mostrarles el fruto de todo ese trabajo y mostrarles la solución a muchos de nuestros problemas, especialmente al más grande de todos. La muerte."

Mi piel se erizo en el momento en que Lance pronuncio la palabra "Muerte".

—E-e-está hablando de...—comenzó a decir Camila mientras se le cortaba la voz— ¿De qué tiene una especie de elixir de juventud?

—Podrí decirse de esa forma—le contesto Lance.

— ¿Por qué nos escogió a nosotros?—Dolores robo las palabras de mi boca.

—No se por qué te sorprende, querida.

— ¿A qué se refiere...?—dijo Ian.

— ¿Creen que no sé qué ustedes son los mejores alumnos de todo el país?—dijo en tono burlón. —Hice bien mi tarea al investigarlos. Todos ustedes son ganadores de las ferias más importantes de todo el país, así como los promedios más altos.

--Eso es mentira—dije yo. —Hay miles de cientos de personas más inteligentes que nosotros por todos lados, usted tiene un pequeño secretito que no nos quiere contar.

Lance soltó una carcajada sarcástica y me volteo a ver.

—Al parecer eres muy suspicaz—aunque no podía ver su boca, sabía que aún estaba riendo—.No me equivocaba al escogerte.