Quantum Coffee

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Mike trataba de dormir. El reloj marcaba las 5 de la mañana, era obvio que no lograría conseguir el sueño. Aceptó su derrota y fue a la cocina. Aunque no hubiera dormido en 24 horas no sentía cansancio en lo absoluto.

Su sentido común perdió el control de sus acciones (algo que ocurría con la frecuencia de los eclipses lunares). Escribió en una servilleta con un plumón Sharpie: fuí a pasear. " Regresó a las 8 " . Quería llevarse chocolate tibio en una botella metálica. No había chocolate ni leche, agregó a la nota "no hay leche". De todos modos metió la botella vacía a su mochila y medio paquete de pastillas de caramelo. Sacó su bicicleta de el patio trasero y fue a ver las calles, tal vez pasaría el rato en un parque o algo así.

No pasó mucho tiempo pedaleando hasta que se topó con una cafetería. Su estómago rugió. Miró al interior de su mochila, suficiente para un desayuno. Puso la bicicleta enfrente de el lugar y entró. Sólo había 2 personas formadas, se paró atrás de ellas.

-¿Cuál de estos escogerías chico?- preguntó de repente el segundo de la fila mientras veía el exhibidor de pan. Mike señaló su pecho con su dedo indice.

-¿Yo?

-Claro. Estoy pensando en este o este- dijo el hombre señalando 2 panes distintos.

-El croissant me gusta más a mí- respondió Mike - su interior me fascina.

-¿Crossant?- el hombre volteó a ver a Mike a la cara.

-Es ese de ahi- Mike señaló el croissant.

-De acuerdo chico - el tipo enderezó la espalda- ¿sabes mucho de pan?.

-Creo...- Mike encogió los hombros.

-Hey, es su turno- el encargado del café se dirigió al señor.

-Claro, café negro y un croassant- ordenó el hombre.

-Sale- El encargado fue a preparar la bebida.

-¿Tu que vas a ordenar amigo?

-Chocolate tibio y galletas...no...-Mike puso cara pensativa- una rosquilla...

-Te devolveré el favor chico, pide la rosquilla- Dijo el hombre mientras recibía su pedido y se marchaba por la puerta.

-Hey, qué va a ser- habló el encargado, dirigiéndose al muchacho.

-Me gustaría chocolate tibio, ¿lo puede poner en esta botella porfavor?- sacó la botella de su mochila.

-Vale- el joven tomó la botella.

Mike no dudó en encargar la rosquilla. Metió la bolsa de papel y la botella a la canasta de su bicicleta. Dejó que el viento decidiera su dirección.

Llegó a un parque, justo como lo imaginó en la mañana. Estacionó y se sentó en una banca. Sintió algo duro en su mochila, la abrió, era un libro de Charlie Brown con varias de sus tiras cómicas. Era el momento ideal para leer ese contenido. Desayunó mientras se divertía con los diálogos.

Accidentalmente abrió la última página. Un postit tenía escrito ahí "Feliz cumpleaños". Maldición, ¿Era siquiera posible? Olvidar tu cumpleaños...las vacaciones...eso era...En ese descanso alguien podía olvidar si era lunes o sábado, no importaba, todos los días significaban lo mismo. Terminó su desayuno mientras volvía a la bicileta. Cuando subió y observó la calle no la reconoció. Eso no estaba bien.

Buscó en la mochila su ¡pod, con conexión podría saber dondé se supone que estaba. No lo encontró. Ni siquiera podría comunicarle a su familia que iría de regreso en ese instante.

-Un momento- se dijo a si mismo Mike- tal vez hoy no es mi cumpleaños. Tal vez falta 1 día o 2...el regalo pudo adelantarse- Mike consideró todas las posibilidades que su cerebro podía inventar- no creo...uso mi mochila casi todos los días...

Fue a un puesto de periodicos y revistas.

-Emmm...¿Qué día es hoy?- preguntó Mike a el vendedor.

-Primero se dice buenos días.

-Ay no, lo siento, que irrespetuoso de mi parte, en serio, buenos días-respondió Mike inmediatamente.

-Tu sarcasmo no me divierte- gruñó el encargado.

-¿Disculpe?- el vocabulario formal de Mike se había activado- no pretendía que lo interpretara así.

-Por niños como tu es que no disfruto las mañanas- el vendedor subió el volumen de su radio, era jazz.

-Excelente gusto musical posee usted señor...-Mike miró su camisa-...señor Lacoste.

-Enserio que te falla un tornillo...- sacudió la cabeza- tanto que no sabes donde ni cuando estas parado.

Mike se dió cuenta de que había hecho una estupidez. Lacoste...que idiota, volvió a mirar y vió la figura del lagarto.
Mike trató de mirar la fecha en los periódicos. Pero el señor lo evitó, alejandolo lentamente con sus brazos estirados, mientras susurraba cosas como "irreverente" y "tranquilidad".

-Hasta lueeego- Mike se dió la vuelta y fue de regreso a su bicicleta.

Su cerebro organizó su plan.

1.- saber que día era

2.-saber donde estaba.

3.-saber como regresar.

4.-Disculpar la tardanza.

Observó su reloj. Las 6:29 de la mañana. Si no era su cumpleaños no tendría problemas, pero si lo era perdería una mañana en su casa que prometía ser asombrosa. Fue con su bicicleta hasta una persona que hablaba por telefono.

-Hey, hola...ejem-Mike recordó lo recién ocurrido- Buenos días disculpe ¿Qué día es hoy?

-Sábado- la persona siguió caminando y hablando con su celular.

-Disculpe de nuevo pero no sé qué sábad...-Mike no pudo terminar la oración porque la persona le había enseñado el dedo de enmedio.

-No volveré a pedir respuestas en este parque...Ok...sábado...no puede ser tan cercano al 15 de julio...o sí?

No dejo de pedalear con la esperanza de recordar por donde había venido. En su camino vió una plaza, una tienda de videojuegos y una heladería, ninguna la conocía, el nombre de las calles no ayudaba, de cualquier forma no sabía que dirección tomar. Metió una pastilla de caramelo a su boca. Miró su reloj 7:00 solo tenía una hora para volver.

Pedaleó con más fuerza, al dar la vuelta en una calle atropelló a alguien con un gorro de invierno rojo. Ambos cayeron al piso.

Simple as ThisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora