( ˘ ³˘)♥ (Primera parte)

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Tras aquel día Iwashiro se convirtió en el ojito derecho de Egawa y, sucesivamente, al igual que en el grupo se dividía en dos parejas para la salida de Mairan, ambos pasaban la mayoría del tiempo juntos. En los ensayos se hablaban entre sí más que con el resto; hasta hubo una vez que, estando los dos en el mismo sofá sentados, Egawa se quedó dormido encima de su amigo debido al cansancio, lo que desencadenó decenas de fotos y personas shippeándolos en Twitter (ojalá, yo la primera dando rt). 

Tanto Komazawa como Fujitani se dieron cuenta de este cambio y no se extrañaron cuando Egawa les propuso el hacerle una fiesta sorpresa por su cumpleaños a su amigo. Una semana antes del nueve de marzo quedaron para encargarse de la decoración y los regalos; el plan era celebrarlo en casa de Egawa, ya que era el único lugar privado al que tanto él como Iwashiro tenían acceso, cualquier escusa valdría para hacer que fuese allí.

Sabían que al cumpleañero le encantaba reírse más que a nadie, por lo que, junto a otras fotos antiguas, decidieron hacerse unas cuantas más en las máquinas de Purikura. En el momento de imprimir las antiguas se vieron en un aprieto.

-Ah, hay un problema...-Komazawa fue el primero en pensar en aquello.-¿Qué hacemos con las fotos de Dasoku?

-Es verdad, ¿las ponemos?

Ambos le preguntaron a Egawa, ya que, como organizador de la fiesta, era el que mejor conocía a Iwashiro.

-Mejor no. 

Le hicieron caso, era bastante posible que al cumpleañero le hiciese mal el recordar lo sucedido, por lo que pasaron al tema del regalo. Consiguieron unas zapatillas que, si mal no recordaba Fujitani, hacía tiempo que las quería; también quisieron darle un toque personal encargando unos peluches chibis de los cuatro del tamaño de la palma de una mano cada uno. Ese tipo de detalles tan "monos" le encantaban a Iwashiro; todos ya se imaginaban la sonrisa de su amigo al encontrarse con tal sorpresa.

 Ese tipo de detalles tan "monos" le encantaban a Iwashiro; todos ya se imaginaban la sonrisa de su amigo al encontrarse con tal sorpresa

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Tras comprar todo lo necesario sólo faltaba la clave del plan, la parte que lo ejecutaba, y el único que podía llevarlo a cabo era Egawa.

El día anterior al cumpleaños de Iwashiro había ensayo, lo cual facilitó el plan. Egawa se pasó aquel día fingiendo un resfriado, y, al terminar con el trabajo decidió aprovecharse de la amabilidad de su amigo.

-¡Anda!¡Fíjate tú que mal! Se me ha olvidado la chaqueta en casa, y yo con este resfriado.

-Si quieres te presto la mía.

Bingo. Así ya tenía el plan zanjado, Iwashiro mordió el anzuelo y la escusa perfecta al final resultó hacer efecto. Al llegar a casa, Egawa puso punto y final a su artimaña:

"Pásate por casa a las cuatro y te devuelvo tu chaqueta, ¡así puedes usar las llaves por primera vez!  o((*^▽^*))o".

De esta manera, media hora antes Komazawa y Fujitani se presentarían en su casa a tiempo para preparar la comida y la decoración. Poco a poco las piezas del puzzle iban encajando. Pocas veces Egawa se había emocionado tanto al celebrar una fiesta, pero al tratarse de alguien como Iwashiro quería prepararle algo en condiciones; a pesar de que ya habían conseguido tener tanta confianza, todavía sentía que le debía un gran favor. Todo debía salir perfectamente.

El nueve de marzo al fin había llegado y después de comer y ducharse, alrededor de las tres y veinte, empezó Egawa a limpiar la casa y a decorarla, ver las paredes de su salón llenas con fotos ridículas le hizo sentir algo extraño y una sensación bastante patética hacia él y sus amigos le pasó por la cabeza; pero en cuanto colgó el cartel de "Feliz cumpleaños" se le pusieron los pelos de punta de la emoción. Sin embargo, había algo con lo que Egawa no contaba.

El sonido del cerrojo de la puerta de su propia casa abriéndose, aquel sonido tan familiar y que tan bien conocía, consiguió ponerle la cara pálida.

-No puede ser...

Nadie más podía acceder a su casa, nadie más excepto...

-Egawa-san, espero que no te importe que me presente antes, es que quería preguntarte una...

-Egawa-san, espero que no te importe que me presente antes, es que quería preguntarte una

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Al encontrarse con tal escena, no pudo evitar reírse. El decorado absurdo de la habitación con fotos de Purikura y la cara de apocalipsis que tenía su amigo resultaba tronchante.

-¿Qué es esto?- Se rió a carcajadas.

-Te... Te iba a preparar una fiesta sorpresa pero parece que se me ha chafado...

Aquella era la primera vez que Iwashiro veía el miedo reflejado en la cara de Egawa y no pudo evitar sentir pena.

-¡Uaaahh!- Asombrado fue mirando poco a poco el decorado en el que su amigo tanto estaba trabajando.

-Lo siento, lo he estropeado todo...

-¡Para nada!¡Es lo mejor que me han preparado para mi cumpleaños!

Entonces abrazó Egawa de una manera brusca, pero muy cómoda. En un segundo se vio rodeado y, al principio, no supo reaccionar, resultaba realmente extraño que Iwashiro hiciese eso por voluntad propia. Aun así, le devolvió el abrazo y, muerto de vergüenza, ocultó su cara apoyándola en el hombro de su amigo.

-Gracias por todo esto, me alegro de haberte conocido.

Eso fue suficiente para que Egawa sintiese que algo dentro de su pecho se rompiese. Ejerció fuerza sobre sus brazos y se aferró al cuerpo de su amigo; esto le sorprendió a Iwashiro y le hizo pensar que necesitaba aquel abrazo. De alguna forma consiguió mirarle el rostro.

De nuevo se encontró con aquella mirada que le partió el corazón la última vez que estuvieron a solas en su casa; sin embargo, sabía que esa vez era distinta: había una razón por la que Egawa repetía esa escena, la última vez hizo entender a Iwashiro que ese "comportamiento extraño" se debía a que estaba enfermo y no muy consciente de lo que hacía. Si hacia eso estando sano, era obvio que aquella mirada tenía su razón de estar ahí. 

Tiró de su sudadera hacia él dejándolos a dos centímetros de distancia. Iwashiro estaba que no cabía en si de gozo, pero el nerviosismo era mayor, por lo que, sin saber ya hacia donde dirigir la mirada, cerró los ojos. A ambos se le alteró la respiración; la primera impresión de "qué está pasando" fue sustituida por una agradable sensación cálida. No podían aguantarlo más, "a quién quiero engañar", pensaron. Todo el tiempo en el que se habían estado conociendo más profundamente sirvió para forjar algo más que una amistad. Cuando volvieron en sí y se dieron cuenta que lo que habían estado haciendo durante esos escasos segundos que parecían eternos era un beso, hubo un silencio muy tenso, sin embargo, ninguno se arrepentía de lo que acababa de suceder.

-Feliz cumpleaños...

Puedes contar conmigo (Mi-chan x Pokota fanfic)Where stories live. Discover now