•Cure for lonely•

256 20 6
                                    


Con catorce años una joven chica buscaba una sombra de amor que fuera solo para ella, confiando en la bondad de hombres desconocidos.

Y ahí estaba el mirándola, con atención notando lo joven que era para estar de esa forma, era una niña perdida dentro del lugar equivocado.

El hombre virtio sobre su copa una buena cantidad de líquido costoso y fino sin quitar sus ojos de ella. Era hipnotizante a pesar de lucir tan joven y delicada.

El mayor se dio cuenta de lo ida que se encontraba y como otro joven trataba de aprovecharse de ella, tocándola sin ella estar consiente y con intenciones de llevársela a algún lugar desconocido y hacerle cosas que seguramente no eran nada buenas.

El mayor no permitiría aquello, se levanto y a paso lento y decidido atrayendo la mirada de muchos a su alrededor fue directo a aquel joven.

—No veo que ella se de cuenta o quiera irse contigo. —hablo calmadamente bebiendo de su trago gustoso— Te pido que la dejes y te largues de aquí.

El joven miro con burla al hombre frente a el y se giro ignorándolo.

—Su culpa por ponerse así, no eres nadie para decirme que hacer.

—Soy Bill Schneider dueño de este lugar y muchos otros, y también tengo dos puños y una fuerza mayor a la tuya.

Casi al instante el joven soltó a la chica mirando boquiabierto a ese hombre. Ahora entendía porque portaba tan caras ropas y joyas sobre el, y ni hablar de la elegante personalidad.

Bill tomo a la chica ignorando la mirada de muchos y se fue en su costosa camioneta blindada acomodando el pequeño cuerpo de la joven insconsiente.

Llegando a su casa la acomodo en una habitación y admiro a la niña frente a el, era preciosa, tan preciosa como su Marie.

El tiempo pasaba y al fin la vio despertar, pero sin algún signo de miedo mas bien como si fuera normal. Bill se levanto cruzando los brazos con una sonrisa ciertamente sensual.

La chica quedo anonadada al ver a ese hombre. Los penetrantes ojos verdes que se asomaban con una chispa de sensualidad y los trabajados brazos de el. Desprendía de su cuerpo algo distinto, madurez y algo especial.

La joven paso saliva en busca de ocultar lo sorprendida que estaba de ver a un hombre claramente mayor que ella con esa sonrisa tan interesante.

—Soy Bill.....—hablo con su carraspeante voz— No te noto asustada por estar aquí si yo podría ser un secuestrador o violador, eh. —la chica se mantuvo en silencio— Pero te salve de alguien que quizá si lo era.

La chica se sorprendió ante eso, pero se inmuto de mostrar algo, como siempre, tan callada y misteriosa.

Me hubiera dejado ahí, quizá así me hubiera ganado unos gramos de azúcar.
—¿Azucar? Eso buscas en esos lugares entonces.—el hombre acaricio su barbilla sin quitar los ojos de los de ella— Yo podría darte mucha azúcar y mas.

La chica sonrió extrañamente haciendo al hombre estremecerse, era tan distinta y preciosa para sus ojos.
La quería a su lado sin importar nada.

—Te daré lo que quieres, si me das lo que me gusta.

Así cerro todo. No hubo mejores palabras para que Bill estallara de alegría. Y la chica consiguiera todo lo que quería.

—¿Estas segura de esto? —murmuro el tomando su cadera desnuda. Ella cerro los ojos asintiendo.
—No enciendas las luces, te daré lo que te gusta.

Se entregó a el, sin mas, en busca de amor.

Miro sus ojos brillosos a través de la oscura habitación, esos orbes verdes que resplandecían mirándola solo a ella, seguro los de ella brillaban igual.
¿Eso era amor?

—Dime que soy la única, mienteme solo esta noche...—murmuro la joven esperanzada.

El hombre sintió lastima, era claro que no era así.

—Eres mi favorita, Marie.—respondio.

La joven se sintió peor, ella no era Marie, el solo la veía como la sombra de otra mujer que si amaba, pero no era ella.

Se dio la vuelta dándose cuenta de que no sabia que era el amor y también de que nunca iba a poder sentirlo, ¿Como, si fue algo que poco conoció?

—Ya te di lo que querías, ahora solo quiero olvidar.

La chica salio de la cama con el alma partida y aspiro azúcar que le había dado a su merced durante meses, aspiró hasta olvidar.

Ella solo quería una cura para la soledad, y no sirvió de nada estar con aquel hombre que le dio todo, protección, miles de dolares, viajes toda droga  y un problema mental y de drogas terrible.

Regreso a casa, su madre la recibió con los ojos llorosos y rostro de alivio, hacían meses no sabia de su pequeña hija pero también poco la había buscado.

Todo se desencadenó en su vida, internada por depresión psicótica y con la vida hecha un desastre. A sus casi quince años ya estaba rota.

Aclaración; Este capitulo por así decirlo, es de tiempo atrás cuando Aily conoció a Bill. No esta bien detallado y siento que le falto pero no quería que llegara a un grado de ser aburrido. Espero le entiendan, gracias por leer. ♥

Papá.. Suicida. Dominik Santorski fanfic. [HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora