Papá.. Suicida. Dominik Santorski fanfic. [HOT]

31.

Dominik.

Dos días habían pasado, en los que no paraba de pensar en la situación, no salí de mi cuarto, no tuve contacto con nada ni nadie.

A mi mente llegaba la parte buena, imaginaba a un hermoso niño o niña en mis brazos quizá con su sonrisa y mis ojos o viceversa. Como una familia

Pero también el caos que podría tener ese pequeño ser, si Aymerick o yo recaiamos ¿Que seria de el?.

Una madre psicótica y un papá suicida.
Dios, me entraban escalofríos.

Tenía tanta frustración, había quedado como un patán ante ella. Seguro ahora entendía que estaba sola en esto, que yo no me haría cargo. Y es que todo me había caído repentinamente, por suerte no me desmaye ahí mismo.

Había tomado una decisión, ahora solo esperaba que ella apoyara esto.

Corrí en busca de un taxi y llegue a su casa. Toque desesperadamente la puerta y los segundos se hicieron eternos. Norma me abrió con una enorme sonrisa y rápidamente la salude subiendo a la habitación de Ayli.

Di un rápido respiro preparado para lo que sea que ella dijera.

Estaba incluso sudando.

Abri la puerta sin tocar y encontré a Ayli acostada con la cara en su almohada.

—Hola...—dije sentándome a su lado.

Se levantó y note sus ojos rojos e hinchados, me hizo sentir aun peor.

No dijo nada, solo me miro con gesto lastimado.

—Se que reaccione mal, fue una noticia muy fuerte.....—explique — Pero yo dije que nada nos separaría y he pensado en algo.....

—¿En que? —susurro.

Vacile en hablar pero continúe......

—Abortar. —solté.

Sus ojos se abrieron y después me miro furiosa, sentí su palma estamparse fuertemente contra mi mejilla. Sentí el ardor y me toque la zona sorprendido de su reacción.

—Eres un hijo de puta. No te preocupes no pensaba pedirte ni el apellido para mi hijo, ¡Largate de aquí! —comenzo a gritar y se levanto apuntando a la puerta— No me atrevería jamas a matar a mi bebé, eres un insensible de mierda.

—Escuchame, yo estoy jodidamente feliz de esto. No sabes los estragos de emoción que me dan el imaginar a un bebé nuestro, tan mio como tuyo, seguramente precioso!....—alce la voz como ella—¡Pero me asusta que no sepamos cuidarlo y tenga tantos problemas como tu o como yo Aymerick! ¡Acaso no ves que te amo tanto como para formar una familia juntos! ¡Pero el miedo me consume! ¡No quiero que tenga un padre tan idiota y suicida como yo!

No me di cuenta en que momento las lágrimas resbalaban por mis mejillas.

—¿Crees que yo no tengo ese miedo? ¿Que crees que sentí yo al saber que un bebé venia en el peor momento?—reprocho con las lágrimas amenazando con salir— Estoy asustada como tu, yo también me doy asco al pensar que tendrá una madre psicótica y ex drogadicta con problemas emocionales, sin embargo...—comenzo a tocar su vientre y me miro— lo estoy dando todo para cambiar y que el o ella reciba lo mejor de mi. Para que tenga lo que yo no tuve, Dominik.

Caí en el piso de rodillas sollozando sonoramente, estaba arrepentido de lo que había dicho anteriormente. Tenia razón, si ella estaba buscando cambiar y ser mejor, ¿Por que yo no pensé en eso?.

—Fui tan egoísta....—gruñi.

Ella se acerco a mi abrazandome comprensiva. Destape mi cara y la tome entre mis brazos levantándonos.

—Perdon por lo que dije....—sorbi mi nariz y baje la mirada arrepentido— Vamos a tener al bebé juntos, no te dejaría y menos con un hijo nuestro. Ambos fuimos culpables de esto, y juro que haré mi mayor esfuerzo para ser el mejor papá y no suicida —ella sonrió limpiando una lágrima de mi mejilla— Y sobre todo el mejor esposo para ti.

Me acerque a besar sus labios y después su vientre.

— ¿Tu madre sabe?.
—Solo tu y yo sabemos....

—¿Quieres que hablemos con ella ahora?

Negó

Y de mi boca salio otra locura

—Escapemos, vámonos a otro lugar. A donde tu quieras —la mire con ternura- Ni yo mismo sé dónde quiero ir... Pero al verte, se con certeza donde deseo quedarme...

Ella abrió los labios sorprendida, hizo un gesto de concentración meditando mis palabras pero finalmente sonrio.

—Vamonos a Londres. —sugirio.

Y asenti para volver a unir nuestros labios.
La decisión estaba tomada.