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"¿Quieres que te ayude a olvidarte de él?"

Esa frase, junto con lo demás que le había dicho, resonó en la cabeza de Alexis provocándole un extraño calor en el vientre.¿Le haría olvidar a Jesús? ¿a que se refería?

¿Y en qué sentido?

Pudo entenderlo mejor cuando sintió algo caliente y húmedo tocar la piel de su cuello, se estremeció, casi que soltando un gemido vergonzoso por la sorpresa. Luis le había pasado la lengua sin pena alguna.

¿Que rayos pensaba hacerle?

—Oh, ¿te asusté? —preguntó con su estúpida sonrisa burlona, típica en él. Alejándose un poco para verlo a la cara.

Alexis lo miró fijamente, analizando su rostro para ver si así encontraba algún rastro de que esto que estaba pasando era una broma.

Pero se veía tan dispuesto.

—¿A-a.. que te referías con eso de "olvidarme de él"? —preguntó de vuelta, temeroso ante su respuesta.

Tragó saliva.

El pelinegro respiró profundo y por fin tomó distancia, de una forma más cómoda y prudente. Alexis al fin pudo despegarse del respaldo del sillón, sin poder evitar tocarse donde el otro antes había lamido.

Por alguna extraña razón, esa parte de su piel ardía.

—A nada, déjalo a tu imaginación. —contestó el otro indiferente, terminando por levantarse del sofá para encaminarse hacia la habitación compartida.

El castaño al fin pudo sentirse ligero.

Pero aún se quedó con esa incertidumbre, no podía evitar mal pensar esas palabras, pues el beso que Luis le había robado en la mañana le decía muchas cosas.

Y, mierda, aún no podía olvidar la sensación de la lengua dentro de su boca.

Tenía ganas de irse a acostar, pero con Luis David en el cuarto sería lo más incómodo del mundo.. de hecho, incluso si estuviese Jesús también lo sería.

Ah, mejor esperaría a que sus padres llegaran, pero como habían salido a casa de una tía, suponía que llegarían hasta entrada la noche. Siempre pasaba, aunque dijera que solo sería un ratito.

Suspiró, tomando el control remoto de la televisión para encenderla, vería cualquier cosa para intentar distraerse.

_______

La tarde de ese sábado fue insufrible. Para ser el primer fin de semana de sus vacaciones, había sido un completo fiasco. Y al día siguiente no podían estar más quejumbrosos cuando su madre entró haciendo escándalo para despertarlos a todos.

—¡Buenos días, chicos! —exclamó la mujer con el trapo de la cocina en mano.
Es domingo, así que toca bañar al perro.

Y ante el anuncio, el trío de jóvenes soltaron un quejido, cada quien desde su lugar. Luis se tapó todo para intentar camuflarse en su cama, odiaba que su madre agarrara el día que se supone era para tirar hueva, como día de limpieza.

Algo típico en las madres.

—P-pero má.. —Alexis fue el primero en hablar, revisando la hora en su teléfono. —Es muy temprano, podemos hacerlo más tarde, ¿sí?

—Concuerdo con el panzón. —habló el pelinegro desde su escondite.

El muchacho de cabellos cafés volteó a verlo con desdén.

Creo que ¡TE AMO! [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora