IV: CARIÑO

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Hiashi y Hana Hyuga están sentados en su sala, observan a su hija mayor sentada enfrente de ellos con un porte de nerviosismo y vergüenza mezclados entre sí; ambos, a cada segundo que pasa, se ven de reojo con el mismo presentimiento latente en sus ojos: algo malo le ocurre a Hinata.

Hiashi suelta un suspiro y dice:

—Hinata, creo que ya se ha dónde va esto –la toma de la mano con delicadeza—, tú tranquila, todo estará bien. Te apoyaremos en todo lo que necesites, criaremos juntos a nuestro nieto o nieta y...

Hinata se levanta de golpe del sillón y ve a sus padres completamente horrorizada.

—¡Padre!—Chilla ella sonrojándose de pies a cabeza—. ¡No estoy embarazada!

Hana suelta el aire de sus pulmones y vuelve a respirar con naturalidad, mientras que Hiashi se queda en blanco.

—¿Qué?—Balbucea el Hyuga mayor, llevándose su cabello hacia atrás y cerrando sus ojos con fuerza—. Lamento si interprete mal las cosas, pero es que no es normal que mi hija de veintitrés años venga a buscarnos, se siente en el sillón por qué quiere decirnos algo y que se comporte así como tú lo estabas haciendo hace unos segundos, ¡pensé lo peor!

Hinata se vuelve a sentar y se muerde el interior de la mejilla. Es ahora o nunca. Tiene que decirles ya.

—Solo quiero informarles algo, es muy doloroso para mi decirles y siento que los defraudare más de lo que ya he hecho –agacha su cabeza y juega con sus dedos pulgares—. Me iré a Rusia este domingo.

Levanta su cabeza con demasiada lentitud. Sus padres no dicen nada, sin embargo se puede ver la tristeza plasmada en sus rostros.

—Yo no pertenezco aquí –murmura Hinata, sintiendo un nudo en su garganta—, ya no siento que Japón sea mi hogar. Me siento perdida todo el tiempo, no encuentro mi propósito aquí. Extraño Rusia, al abuelo y a Neji.

Todo se queda en un silencio bastante irreal.

—Creo que fue un error haberte separado de nosotros –musitó Hana—, pero solo queríamos que tuvieses un futuro brillante. ¿En verdad quieres irte? ¿No podemos hacerte cambiar de opinión?

Hinata retiene sus lágrimas y niega con la cabeza. No hay nada que la haga de cambiar de opinión.

—¿Cuándo planeas marcharte?—Pregunta Hiashi en un susurro que suena miserable.

Ella se queda mirando la puerta, se sorprende al ver a su hermana escondida, esta última da un respingo por que la han descubierto. Hinata está a punto de sonreírle para trasmitirle que todo va a estar bien, no obstante Hanabi frunce su ceño, corre a su habitación y la puerta se escucha resonar por toda la casa.

Hinata hace una mueca. Se siente de lo peor. Abandonara a su hermana de nuevo, y en un punto donde la confianza ya estaba en ambas.

—En un semana–contestó sin muchos ánimos—, les prometo que vendré seguido a visitarlos.

Sus padres asienten y se toman de la mano.

—Antes de que te vayas haremos una fiesta de despedida–informa Hana con una media sonrisa y pidiéndole permiso a su esposo—, pueden venir tus amigas y nuestros amigos cercanos. No quiero excusas y mucho menos un no.

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Chica BuenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora