Patricia y Raquel eran mejores amigas, siempre hacían todo juntas, salían a pasear, estudiaban, se turnaban para dormir una en la casa de la otra, todo era un gran amor entre ella desde pequeñas ya que sus abuelas y sus madres también fueron muy amigas desde la infancia y aquella amistad había pasado por esas generaciones.
La abuela de Patricia ya había muerto hace unos años atrás, así que ellas iban mucho a cenar a la casa de la abuela de Raquel ya que era una muy buena anciana, le gustaba pasar momentos muy gratos con su nieta consentida y con Patricia la cual honraba la amistad que tuvo por muchos años con su abuela.Ella les contó a las chicas que cuando ellas fueron jóvenes, algunas veces llegaron a jugar con muñecos de vudú, culpando a su curiosidad de adolescentes en esa época, ellas habían aprendido a hacerlos muy bien y que los llegaron a utilizar con maestros en la escuela y cuando no querían estudiar hacían que se enfermaran clavando alfileres en los muñecos que habían hecho, utilizando cosas personales de los maestros que lograban conseguir.
Las chicas no creían mucho en esas cosas, lo miraban solo como supersticiones y solo lo tomaron como historias de la abuelita, sin darle mas importancia.