-Jovencita, hay muchas formas de hacer muñecos de vudú, el que te enseñó tu abuela es uno, pero este es otro...
Al decir esto, la abuela que le había puesto algo al agua que bebió Patricia para mantenerla despierta pero sin poder moverse, se acerco al horno de la cocina y al abrirlo dentro de el estaba un muñeco de cera, el cual tenia una pequeña sortija que pertenecía a Patricia puesta en un brazo, el horno estaba a una temperatura tan alta que lo estaba derritiendo y lo mismo pasaba con Patricia, su piel se estaba cayendo, la piel de su cara se desprendía, Patricia gritaba, pero su destino también estaba decidido, la abuela aumento la temperatura y cerro la puerta del horno.-Eres una jovencita muy tonta al pensar que podías engañar a todos, jamas debiste jugar con brujería, ni mucho menos asesinar a mi nieta, vas a morir sintiendo que ardes en el infierno y yo que no vivo sin mi nieta me iré contigo..
Fueron las últimas palabras de la abuela, mientras Patricia se volvía una llama de fuego, quemando toda la casa, muriendo ambas adentro.