Parte 2

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Niall salió de la ducha y se vistió. Sus ojos estaban rojizos, ni la ducha tibia pudo con ellos. Y es que también había llorado todo lo que pudo mientras se bañaba. Estaba más cuerdo pero eso no bastaba con la pena que sentía en su pecho.

Se vistió, el bóxer le quedaba algo suelto y la remera grande. Le llegaba cuatro dedos sobre la rodilla, y el buzo se arrugaba al final de sus tobillos.

—¿Ya te vestiste? —escuchó que dijo el taxista por el otro lado de la puerta.

Suspiró y se sentó en la cama, secó un poco su cabello frotando la toalla con este.

—Hey... —dijo Zayn al tiempo que abría la puerta.

Miró su rostro rojizo al igual que sus ojos, que parecían más irritados como su nariz, se veía totalmente triste.

—¿Estas más calmado?

Niall asintió sin decir nada.

El taxista suspiró y negó con la cabeza.

—¿Sabes? Te he soportado todo el trayecto desde esa fiesta mientras estabas ebrio, nos pudo haber pasado un maldito accidente por tú culpa, y en el que no responderías por los daños porque creo que ni siquiera tienes los cojones para trabajar. Luego, gracias a tu inteligencia de abrir la ventana, perdí el papel de tu dirección y te tuve que traer hasta acá porque ya son más de las dos y media, y no creo que sean horas para ir a dejarte viéndote que ya estás cuerdo. Y ahora, más encima después de todo eso, ¿tengo que soportar tu estúpida actitud inmadura en mi propio departamento cuando solo soy un misero taxista?

Niall le miró con la mandíbula encajada.

—Te pagaron bastante como para que vengas a darme ese discurso de cuarta.

Zayn sonrió.

—Te deben de haber pagado mucho dinero para que aceptaras llevarme, ¿no? —escupió— Porque aún así al verme en ese estado te di tanto asco que solo tuviste que aceptarme por la necesidad de un puto dinero.

—¿Qué? ¿También me vienes a hablar así? Te recuerdo que si estás aquí es por mí y no por ese maldito dinero ¿Entiendes? Porque mi trabajo es solo llevarte a tu puta casa. 

Niall calló, otra vez sus ojos estaban llorosos.

—Solamente eres un niño de mamá que no comprende lo que es el trabajo. Un niño inmaduro que no se  sabe salvar de una simple curadera —casi estaba riéndose—, ¿de verdad piensas que con esa actitud llegarás al éxito?

Niall apretó sus manos haciéndolas puños por sobre su regazo.

—Deja de llorar, de esa forma no arreglarás ninguna de tus cagadas.

Y no lo soportó.

Se levantó de la cama y empujó al taxista quien se sorprendió por ello. Lo tomó por las muñecas y le miró directamente a los ojos, esos ojos tristes por la culpa y la rabia que sentía en ese momento.

—Eso es, saca todo lo que tienes. Golpeame, vamos. —soltó sus muñecas y se esperó un golpe en la cara, pero en vez de eso, el rubio le hizo una trampa con el pie haciendo que se cayera hacia atrás.

Se colocó encima de él dispuesto a pegarle, pero el sorprendido Zayn volvió a tomar sus muñecas.

Niall trató te pegarle en esa cara perfecta, aceptando toda la fuerza adicional gracias al enojo que sentía, pero no pudo por la sencilla razón de ser más débil.

Y luego de un tiempo se debilitó, sin hacer ni decir más, porque sus ojos se volvieron llorosos y sus manos dejaron de ser puños.

Zayn levantó su torso y rápidamente abrazó el que ahora parecía un minúsculo cuerpo sentado en su regazo. Niall dejó sus brazos a los costados, parecía un cuerpo inerte mientras el taxista le abrazaba con fuerza con una de sus manos, la otra fue hacia su cabello y lo acarició.

TAXI . ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora