Parte 5 (final)

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Niall estaba mirando el techo como si fuera lo más importante del mundo mientras sonreía pensando si esto era un sueño.

Zayn estaba durmiendo boca abajo, mirando hacia el lado contrario a donde estaba el rubio. Uno de sus brazos pasaba por el estómago del rubio y el otro por encima de la almohada hasta llegar a su cabeza.

Niall no podía ver su rostro pero sí que podía sentir ese brazo por su estómago.

Pensó que quizás todo esto no habría pasado si no hubiera tomado tanto como para conocer a una persona tan hermosa como el hombre que tenía a un lado.

Sintió, luego de varios minutos, como Zayn se removía y quitaba, de paso, el brazo de su estómago. El pelinegro se movió lentamente y encaró a Niall, dejando la posición de lado que tenía antes para mirar por completo al rubio.

—Hola.

Su voz estaba más ronca y su cabello desordenado, sus ojos tenían esa mirada de recién despierto y una sonrisa se posaba en sus labios mostrando sus perfectos dientes.

Niall se iba a morir.

Se sonrojó y trató de sonreír.

—Hola.

—¿Cómo dormiste?

—Bien, ¿y tú?

Zayn sonrió aún más.

—Hace mucho tiempo que no dormía tan bien.

Niall no sabía si su cara estaba roja o ya estaba incendiada.

—¿A-a sí?

Zayn se acercó y lo abrazó, llevando uno de sus brazos a su espalda. Niall colocó la cabeza en su pecho y sonrió. Zayn subió su mentón y miró sus ojos, y el rubio decidido, se comenzó a acercar a él dispuesto a darle un beso.

Pero Zayn se alejó.

Niall borró esa sonrisa sin poder evitarlo.

¿Ya no quería besarle?

Zayn pudo notar esa mueca en Niall y acarició su cabello, tratando de calmarlo.

—Creo que los besos por la mañana no son buenos si hay un aliento matutino de mierdas, ¿sabes?

Niall le miró serio, pero luego las comisuras de su labio se levantaron, formando una pequeña pero visible sonrisa.

Se quedaron un rato allí, sin decir nada, disfrutando de la compañía del otro sin más.

—Me duele la cabeza, Zayn. —soltó Niall mientras cerraba los ojos.

—Tengo una pastilla para ti en un botiquín en el baño. Ayer de verdad estabas borracho.

—¿Sí? Solo recuerdo a medias como llegué aquí. —admitió.

—Espera... Tú acento...

—Es que soy i-irlándes.

Zayn sonrió y le besó la nariz.

—Buscaré la pastilla.

Y luego de unos pocos minutos, volvió y le besó los labios.

—¿Y el aliento matutino?

—Me lavé los dientes. —dijo antes de darle otro beso.

Y, mientras Niall se tomaba la pastilla con un vaso de agua que Zayn le había traído, el taxista desactivó el modo silencio de su celular y vio la cantidad de mensajes y llamadas perdidas en su celular.

TAXI . ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora