Sun Goes Down

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Isa y aquel joven seguían besándose apasionadamente. No separaron sus labios ni para ver quien estaba en el baño. Abrieron una puerta y la cerraron con pestillo.

Al separarse Isa abrió los ojos y le vio a él. Mordiéndose el labio, y aún sin saber si era real, se puso más cachonda. Se quitó la ropa interior y la tiró al suelo. El joven metió sus dedos en ella, Isa abrazada a él y apoyada en la pared gemía de placer. Notaba como fluía todo, la presión de aquellos dedos. Fue entonces cuando Isa empujó al joven contra la otra pared. Este se sorprendió al principio, pero al ver como Isa se agachaba, le ayudó a bajarse el pantalón.

El chico agarraba la melena de Isa y cerraba los ojos de placer. Casi se corre del gusto, pero apartó a Isa a tiempo, porque aún no había terminado. Entonces él empotró a Isa y de un golpe se metió en ella. La fuerza y la rapidez de sus actos confundían a Isa, que no sabía si estaba follando o era todo fruto de su imaginación. ¿Tantas ganas tenía de volver a ver a ese chico, que se lo estaba imaginando follando en el baño de la discoteca?

La chica arqueaba su espalda y cada vez tenía ganas de más y más. Quería seguir follando toda la noche, hasta que sus gemidos la consumieran. Si aquella situación era real, el joven follaba tal y como Isa se lo había imaginado. Tantos días masturbándose en su cama, pensando en él, en follárselo, y al fin estaba pasando.

Cuando llegó se desplomó encima de la espalda de Isa, y los dos, exhaustos, quedaron de pie, apoyados en la pared. No obstante, aún con la respiración agitada, aquello no había terminado para Isa.

Se giró y le besó. Cambiaron de pared otra vez, y del empujón hasta sonó el golpe. Isa seguía excitada, le miró con cara de diabla y volvió a bajar su mano. Parecía que eran incansables. El pene del chico volvió a endurecerse.

Aprovechó que él ya andaba algo cansado para sentarle en la baza y subirse ella encima. Le ponía dirigir, poder estar encima de él y follarle con gusto. Su culo botaba sobre las piernas del joven. Isa gritaba y gemía, los dos sudaban y jadeaban. Querían reventarse el uno al otro. Sentía como se clavaban sus uñas en la espalda, como sus gemidos le ponían más, y como subía y bajaba.

Terminaron cayendo el uno encima del otro, casi sin poder moverse. Necesitaron unos minutos de descanso para reincorporarse. Isa se levantó y le volvió a besar. Medio zombie y casi sin poder andar, pues aun le temblaban las rodillas, abrió la puerta del baño y se marchó de allí.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2021 ⏰

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