Una simple misión más.

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La noticia había iniciado como un mero rumor pero la reacción que tuvo el jefe no hizo más que confirmarlo. Víctor Nikiforov, hijo de un empresario multimillonario, estaba con alguien, y para la lástima de todos era un hombre. El peliplateado fue, o alguien muy valiente o ignorante al momento de decidir desafiar el decreto de su padre, el hombre mayor había dictaminado que su heredero debía casarse con Anya Vólkova, una mujer que igualaba su estatus social, sin importarle si éstos sentían algo por el otro o si se conocían mucho más de la formalidad.

Pero claro, esto no sería de mucha importancia, ignoremos por completo que nos encontramos en Rusia, uno de los países más homofóbicos del mundo, si al menos el pobre ingenuo que entrelazó su vida con Nikiforov tuviera algo de dinero. Porque seamos sinceros, lo que gobierna el planeta es el dinero. Ya que al parecer, el ruso se había involucrado con un japonés que con suerte había podido terminar su enseñanza media, por lo que tengo entendido no entró a la universidad, y que se conocieron ambos amantes en una cafetería,  habían firmado su sentencia al momento de hablar por primera vez, lo único que me permití sentir por el asiático fue pena por su mala suerte.

Este problema no me sería de importancia si no fuera porque sin yo quererlo me estoy viendo involucrado, y no necesariamente porque tuve alguna implicancia en el hecho.

Me encontraba caminando lo más rápido que mis piernas me lo permitían, sin captar la atención de las demás personas presentes y que no habían sido llamados para hablar con Vladimir. Al encontrarse su honor y poder como patriarca en juego era lógico que nos mandase a buscar para discutir la forma de "deshacernos" del problema.

A las afueras de su oficina habían más personas esperando un poco ansiosos a poder entrar, no es como si lo desearan o mucho menos, estaban de ese modo porque no querían enfrentarse al jefe enojado, lo más seguro es que nos echase la culpa a nosotros por no mantener vigilado a su retoño, pero es estúpido supervisar a un hombre que ya supera los 30 años de edad, no tiene sentido.

— Pasen —Una voz potente hizo que todos se sobresaltaran y en menos de un segundo ya se encontraban entrando, yo ingresé de los últimos, preparándome para los gritos.

Tal como me lo imaginé en un principio el peliblanco se encontraba de brazos cruzados y con el entrecejo fruncido. Suspiró antes de mirarnos de manera despectiva.

— Creo que ya todos saben, o al menos tienen una mínima idea de lo que está pasando en lo familia, ¿Me equivoco? —Preguntó cruzando sus dedos para apoyar su mentón sobre ellos, su ojos azules buscaban penetrar en nuestra alma y destrozarnos por dentro.

Todos asentimos a la vez, normalmente el jefe no se comporta de esta manera, se puede decir que tiene una doble personalidad, más bien sería una doble vida porque así no se muestra ante mundo, su lado más oscuro solo se muestra a sus más cercanos.

Un silencio sepulcral reinó por unos segundos, la tensión era palpable en el aire.

Vladimir Nikiforov no es un simple empresario como aparenta bajo las cámaras, sino, es un hombre bastante peligroso vinculado sutilmente con la Bratvá, tiene la suficiente influencia para ser reconocido pero no la necesaria para ser tomado como un verdadero peligro, los demás miembros lo subestiman y eso es lo que él desea que hagan, así puede realizar cada uno de sus metas sin tener mucho problemas entre medio, este hombre es un verdadero genio.

Cansado ya de que quisiera torturarnos psicológicamente hablé armándome de valor, no es como si le temiese ni nada parecido, sólo mi respeto hacia él supera con creces mi actitud soberbia y agresiva.

  — ¿Para qué nos mandó a llamar? —Interrogué cruzándome de brazos, para no demostrar lo intranquilo que me encontraba, cuando estábamos en su oficina siempre indicaba algo malo y un claro ejemplo de esto sería un trabajo extra-

Sonrió haciendo que se me erice el cabello, sus ojos se centraron en los míos y me empezó a analizar, le sostuve la mirada un poco incómodo, la mueca cínica de sus labios me perturbaba.

  — Muy buena pregunta, Yuratchka, por fin alguien que se atreve a alzar la voz. Por un momento creí que para mí solo trabajaban cobardes —Negó con la cabeza reiteradas veces, el pelirrojo a mi lado tragó saliva y se tensó, al parecer le llegó el mensaje. Me sentí como una mascota a quién premian, posé todo mi peso en mi pierna izquierda para tomar una postura más arrogante. 

El peliblanco se levantó de su silla y avanzó a paso lento hacia nosotros.

  — Bien, creo que ya todos saben la razón por la cual están aquí —Sus pies sonaban en el piso de cerámica mientras caminaba en una línea recta al frente nuestro, su voz era más seria de lo normal— y para los que no saben, me sorprende que sean uno de mis hombres fiables, es una verdadera vergüenza que tengan un título como tal y no sean capaces de obtener un dato tan minúsculo pero importante —Hizo una pausa, cerró sus ojos como si lo que estuviera por decir le costara un mundo—. Mi hijo, Víctor, tiene pareja.   

Me suponía que era por ello.

 — Y esa es la razón por la cual ustedes están aquí. Porque "esa persona" no es la que yo escogí para él, es un hombro que busca manchar la sangre pura que corre por nuestras venas, no puedo permitirme, por más que sea mi hijo, que manche mi apellido por tal barbaridad —Se detuvo de golpe, abrió los ojos y nos observó a uno por uno—. Necesito que uno de ustedes se deshaga de Yuuri Katsuki.  

Fruncí el entrecejo cuando escuché el nombre, ¿Se llama como yo? 

Un imbécil que estaba al otro lado de la habitación me miró y sonrió burlesco, al ver que la distancia que nos separaba no me permitía estampar su rostro contra el suelo atiné a alzar mi dedo medio mandándole una maldición.

Vladimir al ver que nadie decía algo, ignoró por completo mi muestra de odio hacia mis pares, continuó con su monólogo.

  — Y para eso deseo informar que ya escogí a la persona —Se detuvo al frente mío y golpeó  mi hombro con una sonrisa de oreja a oreja, dándole un aire inocente que no calzaba con la situación—, Yuratchka, tú serás el encargado de deshacerte de este problema. Eres más ágil y apto para ello.

  —  ¿Y para qué nos llamó señor? —Preguntó otro tipo, sin contarme a mí ni al peliblanco, son unas 3 personas que fueron llamadas y que se han quedado parados como inútiles sin aportar con algo productivo.

  — Para que puedan hacer sus cosas, lo necesito con su tiempo completo para hacer su nueva misión, y también quiero que tú —Señaló con el dedo al pelirrojo—,   mantengas ocupado a Víctor. No quiero que se vean mientras no esté todo arreglado, ¿alguna otra pregunta?

Otra vez reinó el silencio, sin embargo, yo negué con la cabeza, sin tener las ganas suficientes de responder con palabras. Y eso pareció ser más que suficiente para él, así que asintió y con un gesto de manos nos echó de allí, necesitaba asegurarse de algunos asuntos que no coincidían con el tema que hablábamos.

  — Ven después del trabajo, necesito acordar unos detalles contigo, Plistesky  —Sentenció sin mirarme, musité un sí antes de salir para volver al trabajo.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2017 ⏰

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