💐Cap. 4💐

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=Hazte mía y te perdonaré=


De nuevo, un incómodo silencio inundó la habitación. Pensaba sobre qué tema de conversación sacar, cuando de repente, la mano del rubio se posó suavemente en mi dolida y enrojecida mejilla. Debido al hinchazón de ésta, me dolió más de lo que esperaba y dejé escapar una leve mueca de estremecimiento.

-¿Tanto te duele?- Susurró Kou, con la mirada perdida.

-No te preocupes, se me pasará si me pongo hielo.

-¿Te acompaño a la cocina?- Preguntó levantándose rápidamente.

Accedí de buena gana y salimos de la habitación. Me llevó al sitio acordado y sacó hielo de la nevera. Lo metió en una bolsita y me la dio. En el momento en el que fui a cogerla, nuestras manos se rozaron. Una familiar y extraña sensación me invadió por completo. Aparté con recelo la mía y le di la espalda.

-Estás mucho más guapa cuando te sonrojas...- Soltó con una leve risa.

Entonces fue cuando me di cuenta de que mi cara ardía más que nunca. Iba a reprocharle, cuando me atrapó entre sus fuertes brazos.

-¿Por qué te resistes?- Susurró, a centímetros de mí.

-No sé de qué me estás hablando...

-Yo creo que sí. Es mejor que vayas asimilando que no te librarás fácilmente de mí...- Dijo mientras nuestros labios se acercaban cada vez más.

Consumida por la impotencia y la angustia, le di un golpe en la cara con la bolsa de hielo, dejándole confundido ante lo sucedido. A los segundos, comenzó a reírse. ¿Acaso está mal de la cabeza o algo?

-Así que la gatita ha sacado sus garras... Me gusta... Normalmente, te castigaría, pero como soy generoso... Hazte mía y te perdonaré. ¿Qué te parece la oferta?- Preguntó, echándose el flequillo hacia atrás de manera seductora.

-Ni en sueños...- Respondí, apuntando mi mirada hacia la salida de la cocina.

Lamentablemente, Kou se percató de ello y se puso en medio.

-¿A dónde creías que ibas? ¿En serio piensas que soy tan tonto?

-Pues la verdad, sí, lo pensaba...

-Qué pena... Mira, lo repetiré otra vez... Vuélvete mía y todo habrá acabado.

-¿Qué gano yo siendo tuya?- Solté, arqueando mis cejas.

-A mí.

-Entonces no.- Respondí echando a correr con todas mis fuerzas. Cogí una sartén de la encimera y le hice un placaje con ella. Lo empujé lo suficiente como para tener la salida en vía libre. Salí disparada de la habitación y busqué el cuarto de Yuma desesperadamente. Desgraciadamente, no sabía ni a dónde había ido a parar. Corrí por toda la mansión, sin éxito. Ya con las piernas temblando, me dejé caer rendida al suelo, haciéndome una rozadura en la rodilla derecha. Exhausta y sin aire, perdí el conocimiento.

=Kou=

La vi tendida en el suelo, en un profundo sueño. Me puse encima suya y la besé tiernamente en la frente. Iba a levantarme, cuando vi su herida en la rodilla. Una gota de sangre se deslizó por su fina y suave piel. Lamí su rozadura y la cogí en brazos.

-No suelo ser tan generoso con mis presas, deberías darme las gracias. Por lo menos no te he mordido todavía... Por ahora...


💐Kou y Tú💐 ×Solo Mía ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora