💐Cap. 7💐

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=Heridas=

Mientras recorría una y otra vez las estancias de mi piso en busca de relajación, mi mente recordaba una y otra vez lo que dijo Ruki: "Él está aquí". ¿Tan poderoso es ese hombre? ¿De verdad querría matarme? Por mucho que andara, mi cuerpo seguía tan tenso como si todavía siguiera en la mansión de los Mukami. Nunca pensé que un trabajo escolar tuviera tantas consecuencias. Saqué mi smartphone y me dispuse a llamar a Kou, para vernos en cualquier sitio y poder comprender más cosas sobre lo que estaba ocurriendo. Marqué su número de teléfono, pero una voz extraña contestó de manera siniestra:

-¿Por qué quieres llamar a mi hijo?- Cuestionó.

-¿Quién eres? ¿Qué haces con el móvil de Kou? ¿Acaso eres su padre?- Respodí con un ataque de preguntas.

-¿Qué te parece si quedamos en un parque y hablamos tranquilamente?

-No voy a ir con ningún desconocido...

-Soy el padre de Kou, con eso debería bastarte. ¿Acaso no quieres saber más sobre "esa persona"?

Aquel hombre ganó un punto en la conversación, me moría por saber acerca de ese extraño, pero no podía dejarme engañar tan fácilmente. Seguí negociando con él, hasta que quedamos en encontrarnos en un supermercado. Suena estúpido, pero al menos los dos conseguimos lo que queríamos, vernos cara a cara. Además, en esa estancia había gente y cámaras de seguridad, en caso de que desapareciera, las autoridades podrían investigar gracias a la vigilancia. Le mandé un mensaje a mi mejor amiga, Layla, diciéndole que iba al super y que no me llamara, sino que yo la llamaría a ella. Todas las noches hablo con Layla, así que si me pasa algo y no llamo, puede preocuparse y dar la voz de alarma. Nunca se nos olvida conversar a las 23:00 p.m... Al menos tengo algo de apoyo incondicional.

Ya en el supermercado, aproveché y fui a la zona de frutería. Comencé a mirar los melocotones hasta que una mano me tocó la espalda y me susurró: "Eres puntual, así me gusta". Me di la vuelta y vi su bello y sofisticado rostro. Era más mayor que yo, pero el atractivo no se le ha ido en ningún momento.

- Quiero que me cuentes sobre "esa persona".- Ordené, con una mirada amenazante.

-Todo a su debido tiempo, mi querida (T/n).- Respondió tranquilo.

-¿Cómo sabes mi nombre?

El hombre se limitó a sacar de su bolsillo un carné de estudiante. Al principio no le hice mucho caso, hasta que me di cuenta de que era el mío.

-A veces la gente se olvida cosas en las casas de otras personas, ¿verdad?

-No lo entiendo... Yo....

-Bonitas piernas, por cierto...- Susurró, mirándome de arriba a abajo.- No parecen estar heridas...- Dijo en un susurro casi inaudible.

-Vete al infierno...- Contesté, pegándole una bofetada.

-Eres de las duras, ¿eh? Pero no me importa, al final todas acaban a mis pies.- Siguió intimidante.

-Lo único duro aquí va a ser el puñetazo que te meta como no te calles y dejes de decir cosas tan machistas.- Repliqué, casi al borde de la ira.

-¿Quieres saber quién es "esa persona"?

-Sí.

-¿Cómo reaccionarías si te dijese que soy yo?

En ese momento, el mundo me cayó encima como un cubo de agua helada. ¿Lo había escuchado bien? ¿Acabo de quedar con el hombre que posiblemente me quiera matar? No sabía qué hacer, ni qué decir, me limité a mirar a la nada. Entonces escuché un susurro en mi oreja derecha: ¿Y qué pasaría si te dijera que tu amado Kou te está engañando con una chica la cual es su prometida?

Mi mente quedó en blanco, dejé de escuchar lo que pasaba a mi alrededor, me concentré en la salida del supermercado y en lo rápido que comencé a correr hacia mi casa.


-Azusa-

Las estrellas relucían especialmente hoy. Me gusta ver el cielo de vez en cuando, es muy tranquilizante... Estaba ensimismado en mis pensamientos, cuando de repente, un estruendo me hizo despertar. Fui a al salón, el sitio de donde procedía aquel ruido, y lo que vi me dejó sin palabras.

-¿Por qué me has mentido, Ruki? Tú eres el líder de los Mukami, se supone que estas a mis órdenes. Mis deseos están por encima de los tuyos, y aun así me desafías y desobedeces. Me has decepcionado, chico.- Dijo Karl Heinz antes de dejarlo en el suelo con una herida en el costado.

-Son mis hermanos... Mi familia... Lo único que me queda... Yo...- Se atrevió a balbucear, tapando a duras penas su hemorragia.

Sin dejarle terminar, Karl lo dejó inconsciente de un golpe en la cabeza, y se volvió para mirarme de frente.

-Mi pequeño Azusa... Lamento que hayas tenido que ver esta escena tan desagradable. Y también siento que debas participar en ella.

Antes de que pudiera reaccionar, algo afilado, frío y duro penetró mi piel, dejándome en el mismo suelo que Ruki. Pude verle la cara, entumecida y ensangrentada.

-Me he dado cuenta de que ni Kou ni Yuma están en casa. ¿Sabes dónde se han podido ir?

-Lo sé... Pero no te lo voy a decir...- Contesté con una sonrisa.

-Lo repetiré una última vez, Azusa-Kun, ¿Dónde están mis otros dos hijos?

-Son mi familia... Están en mi corazón...- Murmuré, casi sin aliento.

Hubo un pequeño silencio entre Karl y yo, hasta que él decidió romper el hielo:

-Dijiste que le vendaste la rodilla a la chica esa, ¿verdad? Pues creo que al final al que tendrán que vendar será a ti.- Añadió con una mueca de asco antes de levantar el pie para dejarme dormido.




💐Kou y Tú💐 ×Solo Mía ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora