💐Kou y Tú💐 ×Solo Mía ×

💐Cap. 8💐

=Fundadores=

=(T/n)'s POV=

Cerré la puerta de mi casa lo más rápido que pude. Eché tres cerrojos y pensé en qué hacer. Durante la actualidad, es fácil rastrear los números de teléfono y las localizaciones, así que tendré que tirar el móvil e irme de aquí. Avancé hasta mi dormitorio y comencé a preparar una mochila. Ropa, pastillas, una botella de agua, etc. Lo suficiente como para permanecer dentro de una habitación en cualquier hotel. Llené la cartera de dinero. Nunca imaginé que gastaría todos mis ahorros en una situación de este estilo. Perdida en mis pensamientos, dejé de preocuparme por todo lo demás.

-Los cerrojos no sirven, cerda.- Comentó una voz detrás mía.

Casi al borde del llanto, reconocí esa voz al instante. Yuma. Mi gran amigo Yuma. Giré la cabeza para verle de frente, y me devolvió una sonrisa compasiva. Sin poder evitarlo, refugié mi rostro entre sus brazos. Lloré desconsoladamente mientras notaba cómo sus manos acariciaban mi tembloroso cuerpo.

Entonces, vimos entrar a Kou, quien se llevó el dedo índice hasta su labio superior, ordenando silencio. Obedecí, todavía con lágrimas en los ojos. Luego, Yuma me llevó al salón, me sentó y ayudó a su hermano, el cual seguía llenando la mochila. Miré al frente, perdida y sola. ¿Por qué? Es la gran pregunta. ¿Por qué soy yo la que ha acabado así? ¿Qué pasará con todos los demás? ¿Alguno sufrirá por mi culpa? No lo sé. Aunque es lo más probable. Sin embargo, unos pasos despertaron mi atención. Vi a los dos muchachos salir del cuarto, tensos. Se limitaron a esperar, igual que yo. La sombra de unos zapatos traspasaban la puerta. Nos miramos los unos a los otros, pendientes de aquel sujeto.

-¡Abre, Kou!- Dijo una voz femenina.

Parece que reconocieron la voz, ya que sus hombros se relajaron y se acercaron a abrir la puerta, dejando paso a una joven rubia, delgada y no muy alta.

-Yui, ¿qué haces aqui?- Preguntó Yuma, extrañado.

-Sé que es confuso, pero no hay tiempo que perder.- Dijo, casi sin aliento.- Karl me ha enviado aquí para daros una advertencia. Quiere que le entreguéis a (T/n)-san si no queréis correr la misma suerte que Ruki-kun y Azusa-kun.- Terminó, con una mueca de dolor.

-¿Qué les ha pasado?- Volvió a cuestionar el más alto de los hermanos.

-He procurado curar lo mejor posible sus heridas, pero no se si sobrevivirán.-Susurró, con un tono de inmensa tristeza.

La miré. Ella era la prometida de Kou, pero no parecía amarlo. Todavía cansada, se dejó caer en una de las sillas, para recobrar el aire.

-Tenéis que iros. Parece que ya habéis hecho su mochila, ¿verdad?- Comentó.- Intentaré ganar tiempo, pero no conseguiréis nada sin ayuda. Posiblemente él venga de camino. No creo que se fíe de mí.

-¡¿Y a quién le pedimos supuestamente ayuda, Yui?!- Gritó el de pelo naranja.- ¡Nadie puede hacer algo por nosotros, estamos solos!

La chica agachó la cabeza, consciente del problema.

-¿No tiene algún enemigo poderoso?- Pregunté, mirando a Kou.

-No lo sé. No se nos está permitido saber sobre sus relaciones políticas y sociales.- Respondió, abatido.

Entonces, como si un foco de luz hubiera iluminado su mente, Yui alzó el rostro.

-Los Fundadores.- Dijo, convencida.- Pedidle ayuda a los Fundadores.