One-shots-Evak/Skam.

Después de "Du er ikke alene"

«Isak no va a venir»

«Y lo entiendo »

Dio la hora e Isak no apareció por allí.

Quiso esperar un par de minutos más dentro de la cafetería, sentado en el mismo lugar en el que se fijó en él por primera vez, pero el conserje quería cerrar el instituto pese a las tantas quejas de Even, así que se vio obligado a marcharse de allí.

Pero, justo en cuanto salió por la puerta, ocurrió.

Él estaba allí. Sus ojos verdes se encontraron con los suyos azules. Lucí a asustado y confuso, pero no dudó en acercarse.

Even temblaba mucho, no podía creerselo, realmente a Isak le importaba.

Estaban tímidos, inseguros, muertos de frío. Poco a poco se fueron acercando al otro, pero fue Isak el que tomó la iniciativa. Casi se lanza a besarlo, pero cambia de estratégia en el último minuto.

Sus pieles hacen contacto. Even tiembla con cada roce. Es tan bonito que duda que sea real.

—Even, tu no estás solo...—Murmura Isak antes de darle un beso tierno en las comisuras. Los dos estaban temerosos por destrozar aquel maravilloso momento.

Se fundieron en un abrazo que los dos ansiaban. Even estaba muy asustado, prácticamente temblando pese a que Isak hacia todo lo posible por darle esa clase de calor que haría que sus temblores e inseguridades se diluyeran aunque fuese un poco.

Ninguno de los dos se sentía capacitado para separarse del otro.

Even tenía miedo de que, en algún momento, esas bonitas imágenes se marchasen, su mente empezara a difuminarlas hasta despertar nuevamente en su habitación y reencontrarse con esa estúpida relación con Sonja en la que simplemente era un enfermo mental al que había que mantener en  cuidados intensivos.

Con esos padres que ni siquiera le dejan para ir a los recreativos.

Con los recuerdos de aquellos que en algún momento se hicieron llamar amigos.

Pero sobretodo en encontrarse sentado en su cama viendo como Isak, su alma gemela, ignora todos y cada uno de sus mensajes.

—¿Tienes frío?—Le pregunta Isak al mayor.—Creo que tienes un poco de fiebre.—Posa su mano sobre su frente mientras la otra no suelta su mano.

—Un poco sí.—Murmura cabizbajo presionando su frente contra la de su novio.

Ninguno de los dos se ve capaz de entablar conversación con el otro. Isak no deja de pensar en como ayudar a su novio mientras que el otro está cegado por su enfermedad, por múltiples ideas deprimentes en las que llega a la conclusión de que aquel momento no es real.

—Voy a llevarte a mi casa.—Susurra.

Even no responde con palabras mas se agarra al brazo del rubio.

—¿Quieres que te prepare un té cuando lleguemos?—Niega con la cabeza.—¿Y un vaso de leche calentita?—Vuelve a negar.—¿Quieres algo?—Se para frente a él y lo toma de la barbilla para comprobar su estado.—Bueno, tienes que descansar...

—¡No!—De repente Even despierta de su trance. Isak había sembrado el pánico en su cabeza.—A dormir no.—Implora al borde de las lágrimas.

—Tienes que...

—No quiero dormir.

—Even, por favor, deja que...

—No me obligues, por favor.—Roga de rodillas abrazado a las piernas de su novio.