¿qué haces acá Martin?.
Ya te haz olvidado de tu ex novio -volvió a reír.
Adiós.. dije mientras volteaba mi rostro.
¿estás enojada?.
No, para nada...
Seguia caminando mientras tomaba mi cintura y me acercaba a él.
¿Qué quieres?. -Dije con voz molesta.
Perdón, perdón, es que no te he podido sacar de mi cabeza, te necesito, te extraño, no sabes cuanto...
¿A cuántas más se lo haz dicho?.
Es verdad TN
Okay -dije mientras seguia caminando.
¿Qué ya no me quieres?.
No, ya no te quiero, ya fuiste, entiendelo, además tienes el descaro de venir. ¿quién te dijo que estaba acá?.
Nadie, vine a buscar a mi primo. Ahí viene -dijo apuntando al chico guapo de mi sala.
No puede ser -dije mientras daba media vuelta y me iba-
Martin corrió detrás de mi y tomo mi mano.
Te recuperaré.
Yo tiré mi brazo y seguí caminando, cuando llege a mi casa, estaba mi madre haciendo la comida y mi padre leyendo el periodico, los salude y subí a mi pieza, me recoste en mi cama y abrí mi computador, queria mirar las páginas de Bruno, pero sabia que no me harian bien, así que decidí aceptar mi sufrimiento, y apague mi computador.
Al día siguiente al despertar vi la luz del sol en mi ventana, vi la hora en mi celular y ya llegaba tarde, me arregle lo más rápido posible y me fui al colegio, al llegar estaban solo los niños atrasados que no podrían entrar hasta que fueran las 10 de la mañana como castigo y solo eran las 8, me sente en el ultimo banco y apoye mi cabeza sobre mi mochila, cuando senti que alguien estaba a mi lado.
¿Hola?
Aaa hola... -respondí sin animo.
Oye, ¿cónoces a mi primo?.
¿Debo responder?.
Supongo que es eso un sí -dijo mientras sonreía.
Sí. -sonreí.
¿fuiste su novia?.
¿Cómo sabes?
El no tiene amigas, solo novias, todas son sus novias.
Debí haberlo sabido antes.
Pero no todos somos así - exclamo formando una sonrisa en su boca.
No lo creo..
No todos los hombres, son iguales, así como no todas las mujeres son iguales, es como una personalidad de cada persona ¿me explicó?
No - reí.
Combersamos toda la mañana, no paraba de hacerme reir, era sin duda era un chico extraordinario y yo era una chica que deseba volver a creer en el amor.-
Al salir de clases, me alcanzó y me abrazo.
¿Quiéres ir por un helado?.
No gracias -reí.
Por favor, no muerdo.
Bueno ya -dije mientras reía.
