Prefacio.

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Su mirada estaba matandome de una sobredosis de dulzura aun no sabía cómo había estado tanto tiempo sin ella. Pero mientras bailaba y se divertía como una niña lo supe, siempre iba a querer estar a su lado y cuidarla.

Ella era la única persona que me podía hacer sentir todo esto, su sola presencia podía lograr lo que nadie lograba después de un día de convivencia conmigo.

Ella era como esa sensación que tienes al bajar de lo más alto de una montaña rusa, ella me provocaba todo eso que no tenía explicación y hacía que el tiempo se detuviera en instantes.

Lena mi querida Lena.

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