Después de su reencuentro con Lena; Dougie sólo piensa y quiere estar con ella.
Segunda parte de la historia "Lena"
Puedes leerse sin haber leído la primera historia, pero es mejor leer la primera para entender mejor.
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XI.
Pasaron unos días para que anunciaramos nuestro compromiso, el papá de Lena se volvió loco, y él dijo que no lo permitiría. Pero Lena estuvo muy firme en su decisión, mi mamá y mis amigos no lo podían creer porque ellos creían que yo "soy muy rebelde" como para casarme.
Pasaron otros diez meses, para que los preparativos de la boda estuvieran listos..
Y mientras eso pasaba vivíamos en mi departamento o en el de ella. En realidad en cualquiera de los dos era ideal mientras el otro estuviera ahí.
La última noche de solteros decidimos pasarlo juntos, quizá viendo una película o lo que se nos ocurriera yo no quería hacer una despedida de soltero aún que estuve mucho rato con mis amigos de la banda y no estoy seguro de que Lena quisiera una despedida así que ella tampoco hizo nada y después de haber ido por su vestido de novia había regresado a nuestra casa justo cinco minutos después que yo.
—Pensé que ibas a hacer algo, ya sabes algo como una despedida de soltero. —No, en realidad solo quiero dormir. Mañana será un día largo. —Tienes razón, ¿Ya cenaste? —No, pedí pizza para comer junto. —Excelente.
Y si eso fue lo que hicimos. Y nos acostamos a dormir temprano, según nosotros porque aunque estábamos en la cama desde las diez de la noche comenzamos a platicar de anécdotas hasta que nos dio las tres de la mañana y nos dormimos. Pero nos despertaron a las diez de la mañana justo cuando Gi y las esposas de mis amigos pasaron a buscar a Lena para que la maquillaran y estuviera a tiempo para la hora de la boda y yo tenía que hace lo mismo.
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Justo a las seis de la tarde la iglesia en donde iba a ser la ceremonia religiosa estaba aborrotada por nuestros familiares, y amigos. Y, yo me sentía ansioso y nervioso como solo pocas veces me e sentido en mi vida de repente empecé a sentir que náuseas y ganas de vomitar mi almuerzo aunque no sabía si eso sería posible porque había comido muy poco por los nervios.
—¿Dougie estas bien?
Danny se acercó a mi y me ajustó mi corbata, yo sentía un leve mareo, porqué habían pasado veinte minutos y ella no llegaba, sentía que el mundo se hacía chiquito y que mi ansiedad iba en aumentó. Tom se acerco a mí en compañía de Danny y Harry, alarmado por mi apariencia.
—Si, yo estoy bien. —Te ves mal, es como si quieras vomitar tu rostro se puso verde. —Estoy ansioso por verla llegar. —Ahí, esta.
Harry señaló el coche en el que llegó Lena en compañía de su padre, su padre que aún no me aceptaba del todo, eso ayudó un poco cuando el sacerdote nos hizo pasar primero a mi y después a ella.
Y debo aceptarlo, verla caminar con su vestido de novia por el pasillo hasta llegar a mi, me hizo el hombre más feliz del mundo.
Nunca había conocido a alguien como Lena y aunque algunos pensaban que casarme con ella era algo muy precipitado, para mi no lo fue no me importó que pensaran que estaba embarazada por que no lo estaba era solo que quería estar con ella y llamarla mi esposa. Ella era lo que yo había estado buscando y lo único que necesitaba, y confirme que no me había equivocado cuando le dio un ataque de risa justo después de que dijéramos nuestros votos nupciales.
—Yo Lena Blummer , te quiero a ti Dougie Poynter como esposo, y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
Creo que le estaba ganando la risa un poco después de que ella dijera sus votos y aceptó que a mi también. Que apenas pude pronunciar los míos.
—Yo Dougie Poynter , te quiero a ti Lena Blummer como mi marida—esa era nuestra broma personal pero hizo que ella dejara de contener la risa y explorará en en carcajadas y yo también que apenas pude terminar—, y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
Entonces después de que los anillos de boda estuvieran en su lugar y aún riendo un poco, el sacerdote nos declaró marida y marido.
La abracé antes de besarla y entonces lo supe. Este era el comienzo de nuestras vidas y yo había tenido la fortuna de tenerla a ella como mi compañera.
