La Estrella Del Futuro

CAPITULO 2 / EL INICIO

Seguramente muchos de ustedes se habrán preguntado alguna vez como fue la manera en que llegaron a este mundo, tus padres o los que te cuidan o cualquier otra persona que haya tenido la afortunada suerte de verte crecer, te habrá contado como naciste.

Pero no, ese no es mi caso, yo si me acuerdo de cómo naci, como si hubiera sido... ¿Ayer?, Nah... Como si hubiera sido hace unas pocas horas...

Muchos años atrás...

25 DE DICIEMBRE DE 1997 (4 de la mañana)

Erase una vez en una tierra muy muy pero muyyy lejana...

...Ok no...

No era lejana, apuesto que has escuchado de Bogotá, en Colombia, pero me imagino que para ti es lejano... en fin...

El mundo parecía celebrar el nacimiento de miles de niños, el cielo en todo el mundo se iluminaba por juegos pirotécnicos hermosos y no creo que fuera por navidad, ya que a casi nadie le gusta la navidad...

...¿O SI?...

...El mundo celebraba mi llegada, ya que cuando iba saliendo de un gran túnel, escuchaba a mucha gente gritar hay a afuera.

Eran gritos alentadores, como si una gran tribuna alentara a sus jugadores...

...De pronto observe que una gran mano era introducida por el túnel y empezaba a jalarme, empecé a creer que estaban desesperados por verme, así que pensé en darle un gran susto al dueño de esa gran y gigante mano...

...me hice el muerto o el que estaba dormido...

Pero creo que esa persona se lo tomo a mal, porque en muy pocos segundos, sentía como la gran mano me daba la vuelta y me ponía patas arriba sosteniéndome con solo una mano de mi pequeño tobillo...

...Esa persona no tuvo compasión, sentí que mis hermosas y diminutas nalguitas ardían del dolor por las dos cachetadas que resonaron demasiado fuerte por todo el salón.

Empecé a gritar en unisonó con los gritos de varias chicas y señoras que hacían fuerza como si quisieran expulsar algo dentro de ellas, sus rostros eran una combinación de frustración y valentía.

No podía parar de gritar y llorar la escena se repetía por todos lados, seres diminutos parecidos un poco a mí, (aunque siendo sincero no tanto porque yo era más lindo), salían ensangrentados por diversas bocas de túneles, lo cual era un poco terrorífico, además me daba cuenta que los gritos que anteriormente había escuchado, no eran de una gran tribuna, pertenecían a cada mujer que estaba en aquella sala.

Hasta que sucedió un milagro, unas hermosas y suaves manos abrazan mí delicado y pequeño cuerpo, aunque ese no era el milagro, sentía que mi estomaguito rugía como un León con bastantes meses sin comer, pero hay estaban; Dos grandes y jugosas puchys retenidas por un diminuto escote a punto de estallar.