Era sábado y eran las 7 am cuando desperté y me encontré con un hombre en la sala de mi departamento. ¿Cómo demonios ha entrado?. Al verme no dice nada y simplemente me extiende un IPhone y lo miro extrañada.
-¿Para mi?
-Si. El señor Henderson esta en la línea. La espero abajo en 20 minutos.- dice esto y sale de mi departamento.
-Hola.-digo algo adormilada y confundida todavía.
-Buenos días Darcy, el hombre que estaba contigo era tu chofer, te llevará hasta tu nueva casa, creo que ya tienes todo listo ¿cierto?.-solo pude hacer un sonido extraño a modo de respuesta, no estaba tan segura de querer hacerlo pero ya no tenía opción.- Una vez allí conocerás a mi hijo y serán una pareja de jóvenes recién casados felices.
-Cumpliré mi parte del trato.-es lo único que puedo decir.
-Esta bien, tendrán que hablar mi hijo y tu para ponerse de acuerdo con la relación que llevarán. Pero te advierto que yo he hablado con él y lo único que le pedí y te pediré a ti también es que convenzan al resto de la familia que esto no es falso.
-¿Tengo de otra?- escucho una risa sonora del otro lado y dice:
-No, y espero que disfrutes ser parte de la familia más adinerada del país.-su tono esta lleno de orgullo lo que me hace poner los ojos en blanco, odio ese tono.
Una vez que la llamada finalizó, me puse la ropa que uso normalmente, un Jean negro no ajustado, una sudadera gris y mis amadas vans.
No me gusta vestirme muy provocadoramente ni usar ropa muy ceñida, me caen bien las camisetas holgadas ya que son más cómodas y me evito las miradas llenas de perversión de los estúpidos hombres sin educación.
Como sea, salí de mi edificio no sin antes despedirme del portero, iba a extrañar a Bobby.
Cuando salí a la calle quede impactada, estaba el que suponía sería mi chófer parado junto a una limusina negra.
¿Están locos o que?
¿Cómo pueden gastar en limusinas costosas, y no sentir las ganas de donar dinero a fundaciones o algo asi?
¡Gente codiciosa de mierda!
A regañadientes me subí no sin antes hacerle saber a mi "Chofer" lo que me pasaba con la limusina.
Cuando por fin la cosa costosa esa se detuvo, me bajé de ella sin esperar a que me abrieran la puerta.
Y quedé sorprendida con lo que estaba viendo, yo me esperaba una mansión gigantesca o un semi palacio o algo así, pero esta casa era normal... bueno, si, era grande y espaciosa y con un amplio jardín en el frente pero era... ¿acogedora? Quizá...
Me gustaba, es de dos pisos y luce moderna por fuera. Me adentré a mi nueva casa y sí, también es amplia y moderna en el interior, la decoración tiene colores sobrios y que le dan un toque de modernidad y elegancia. Hay libros en unos estantes, me acerco a ellos y....
-¡Son libros de literatura clásica!.- Chillo al verlos, son nuevos y están acomodados alfabéticamente.
Recorro un poco la casa y me encuentro con el comedor, como lo demás elegante y sofisticado; paso a la cocina para ver una gran isla de cuarzo negro y luces que hacen resaltar cada detalle.Todo aquí sin duda es hermoso y costoso, me llevó un tiempo revisar toda la casa y elegir una habitación para mi ya que el "Heredero" no ha llegado todavía. Descubrí que esta casa tiene una piscina de un buen tamaño en el patio trasero, hay cuatro habitaciones, una principal y las demás para invitados, decidí quedarme en una para invitados definitivamente no iba a compartir una habitación con un completo extraño. También descubrí en el sótano un míni gimnasio y es perfecto para mi.. siempre quise tener uno propio.
Ya cansada de explorar fui a la cocina y me encontré con café hecho dentro de una tasa, lo tome y fui a la sala cuando escuché unos pasos.
Okay, Darcy no te preocupes todo estará bien.
Camine hasta la sala y allí se encontraba de espaldas un joven alto tendría como 1,90, muy musculoso, pelo corto y negro, hombros anchos y....... se percató de mi presencia y volteo.
-¿Tú?.-espetó con arrogancia.
No lo podía creer era él, ojos grises, torso perfecto, rasgos masculinos y bien definidos, nariz perfecta, piel perfecta, labios perfectamente tentadores... ¡Tierra podrías tragarme y escupir me en Cancún!
Es el arrogante amigo de Marco Sullivan.Rodé los ojos y me acerqué.
-Pensé que no podía ser tan malo y definitivamente me estoy retractando.-dije mirándolo como si le quisiera arrancar la cabeza.
-Dímelo a mi.-dijo apretando los puños y agarrando su celular para enviar un texto.-¡De todas las chicas interesadas en esta ciudad mi padre te tenía que elegir!
Lo miré roja de la furia.. ¿Me estaba llamando interesada a mi? Era un imbécil, yo sólo estaba aquí por Ania no quería más dinero que no fuera para los cuidados que ella necesitara.
-NO ME LLAMES ASI.-le advertí ya muy molesta.-no me conoces, no sabes ni siquiera mi nombre y me llamas ¿interesada?.
Se tensó al instante con mi reacción.
-¿Entonces por qué estás aquí?.- me miró con esos perfectos ojos suyos que podían hipnotizar al cualquiera.
-Eso no es de tu incumbencia.-dije de mala gana.
-Serás mi esposa en exactamente 2 horas. Todo de ti será de mi incumbencia.- dijo con un tono de voz que no pude descifrar si lo decía en serio o solo me estaba molestando.
-Voy a ignorar eso último.-dije restando importancia a esa tonta afirmación.-Tu padre me dijo que hablaríamos del tipo de relación que tendríamos. Solo quiero dejar las cosas en claro.
Se encaminó al sofá, tomó asiento y se dirigió a mi con un tono que le da escalofríos hasta al más valiente.
-Si, me lo dijo también, y ya que estamos en la misma universidad esto será un poco complicado, tenía novia y ella se volvió loca con este tema y me dejó.-Lo decía con cierto dolor en los ojos.-no planeo contarte toda mi vida, solo lo hago para que te cuides, cuando te cambies el apellido será innegable.
Tomó un profundo respiro como si estuviera cansado y me dijo.-Sabes que posición tengo y la reputación que debo mantener, no me importa que las personas de la universidad sepan que esto no es real porque no me importa lo que piensen. Pero sou joven y no porque me hayan obligado a casarme contigo voy a dejar de disfrutar mi juventud y soltería, no tenemos ninguna relación real, así que lo que yo haga y con quien lo haga no es de tu incumbencia.
Dijo todo eso tan rápido y atropellando cada palabra que hasta me hizo pensar que lo tenía memorizado.
-No te preocupes, lo único que quiero es no fallar con el trato que hice con tu padre, así que no seas tan obvio cuando estas con alguien, no me importa lo que hagas pero sé cuidadoso.-dije eso y me di cuenta de que el me miraba extrañado. -él porque estoy haciendo esto no es de tu incumbencia así que no preguntes. Y sobre lo del apellido me dijeron que no lo cambiarán hasta dentro de unos meses, no es algo de lo que nos tengamos que preocupar por ahora.
-Perfecto.-dijo.
-La última habitación es la mía, no dormiré contigo.- Quise cortarme la cabeza cuando recordé lo que me había dicho el Señor Henderson así que dije.- Excepto los miércoles y los días en los que algunos de tus familiares vienen a dormir. Me explico tu padre que será así al comienzo.
El simplemente asintió y se perdió escaleras arriba.
Comencé a sentirme un poco mal por él, su padre lo estaba obligando a casarse tan joven sólo por una estúpida y muy generosa herencia.
Mire el reloj y me di cuenta de que faltaba poco para ir a firmar los papeles así que debía prepararme.
Caminé hasta mi habitación y saque de mi maleta el vestido que me habían llevado a mi departamento para está ocasión.
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Gracias a ti
Teen FictionDarcy Miller una chica común y corriente que siente que su vida a pesar de no ser perfecta esta bien para ella y es feliz así. Hasta que un día las cosas dan un giro inesperado lo que llevará a Darcy a verse involucrada en un contrato que le será di...