Decisiones.

Capítulo 36

Jimin se dirigía a la cafetería con un impresionante dolor en el trasero,  tanto que ni siquiera podía caminar bien. Estaba a un par de  cuadras de llegar al trabajo. Cuando de momento alguien lo llamó,  Jimin giró para ver de quién se trataba.

K- Hola Jimin.
JM-... Hola
K - ¿Cómo estás?
JM- ¿... Disculpa nos conocemos?
K- Era de esperarse que no me recordarás, la verdad estabas bastante tomado ese día en el bar. Me llamo Kim y la pasamos bastante bien esa noche.
JM- Kim... discúlpame no te recuerdo.

Jimin si recordaba a Kim, su sonrojo en las mejillas lo delataba, pero aceptar que en una borrachera se hubiera acostado con un desconocido, no era algo que pudiese aceptar, a pesar de que Kim se dio cuenta de que si lo reconoció, le siguió el juego a Jimin.

Jimin se giró para dirigirse a la cafetería, la verdad es que algo en Kim no le gustaba.

Kim se adelantó unos pasos y le impidió seguir adelante.

K - Perdóname no pretendo molestarte, te reconoci desde el metro, quise acercarme, pero me dio pena. Sin embargo, veo que te cuesta trabajo caminar y fue por eso que te seguí.

Jimin frunció el ceño.

JM- Kim no quiero ser grosero, pero no te recuerdo y no entiendo porque te importaría,  así que déjame pasar por favor.
K - Tengo algo que te puede quitar el dolor en 5 minutos y juro que no volverás a sentir ese dolor en todo el día, solo quiero ayudarte.
JM- ¿Por qué?
K - Porque yo si te recuerdo, me caíste bien, la pasamos bien y nada más.

Era claro que Kim tenía otras intensiones, pero Jimin no sabia de ellas. Pero dejar de sentir dolor, era una propuesta  muy tentadora.

K- Ven.

Kim tomó del brazo a Jimin y lo metió al callejón que estaba a un lado, metió la mano en el bolsillo interior de su gabardina y saco una bolsita transparente con pequeñas pastillas blancas, tomó una de ellas y se guardó nuevamente la bolsa.

K - Una de estas y te olvidas del dolor.  ¿Qué dices?
JM- ¿Y qué quieres a cambio por ella?
K - Por ahora nada,  solo tu agradecimiento. 

Jimin veía con mucha desconfianza a Kim.

JM- ¿Qué efectos tiene?
K- Básicamente ninguno, un poco de náuseas y mareos, nada peor que el dolor que ahora tienes.
Ahora que si vas a dejar que te vuelvan a hacer lo que te hicieron, no soportaras en dolor por más días... tu decides.
JM- Yo....

Kim se acercó al oído de Jimin y le susurró.

K- ¿Sientes dolor?
JM- Si....
K - ¿Crees poder soportar el dolor todo el día?  ¿Y regresar en la noche por más?
JM- ...N...o.....
K - Bien.

Kim se alejo de Jimin  un poco,  le mostró la pastilla, con un brillo peculiar en los ojos y una risa de triunfo...

K- Abre la boca Jimin y sube la lengua.

Jimin muy dudoso y sin dejar de ver a Kim, abrió muy poco la boca, pero lo suficiente para que Kim ingresará la pastilla.

K - Dale 5 minutos...

Kim se quedo ahí, viendo a Jimin, lo acorralo poniendo ambos brazos a los extremos de su cara, impidiéndole moverse.

Jimin sentía deshacerse la pastilla por debajo de su lengua finamente, sin dejar sabor alguno, Jimin trago saliva varias veces, lo suficiente para que la pastilla se disolviera.

Jimin comenzó a sentir náuseas, nada que no pudiera controlar, pero también mareos,  ese le provocó hacer flaquear las piernas.

Kim no sujetó de las caderas y juntó su cuerpo al suyo, Jimin le tomó por los hombros.

JM- Kim....
K- Lo sé, no todos reaccionan de la misma manera, para unos pasa desapercibido, en tu caso no sólo sentirás mareos sino vértigo, pero date cuenta que no sientes dolor en ninguna parte de tu cuerpo,¿o si?
JM- No....
K - Te lo dije. Te voy a soltar Jimin,  ¿crees poder caminar?

Jimin se enderezó,  soltándose poco a poco de Kim, al ver que sus piernas le respondían se alejó, al igual que Kim.

K - Vas a sentir estos mareos durante todo el día,  basta con que tomes aire un par de veces y listo.

Kim sacó de su cartera una tarjeta y se la dio a Jimin.

K- En caso de que necesites otra dosis.
JM- ¿Y en cuánto me saldrá?
K - ¿Mis honorarios?... Ya veremos, lo primero es que te sientas bien. Nos vemos Jimin.

Todo había sido muy confuso y sospechoso, pero al dirigirse a la cafetería, realmente se dio cuenta que no había rastro de dolor, por lo que guardó la tarjeta de Kim y entró a la cafetería sin ningún problema.