Capítulo 1: Ejemplo y perfección

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~¿Cómo debe de ser un rey? ¿Cuales deberían ser mis aspiraciones? ¿Estoy listo para asumir este cargo que me será otorgado? Tan sólo soy...~

El sonido de la puerta me despierta inesperadamente de mi pensamientos, arrastrandome forzosamente a la cruel realidad, mi realidad.
De inmediato guardo el arma el cual es custodiada por mis manos, que estuvieron a un simple movimiento de dictar sentencia, y punto final, a mi vida.

Entran y lo primero que se puede apreciar es el caminar de la multitud, que parecía una danza descontrolada, y poco sincronizada, de almas en pena merodeando mi alcoba.
El ir y venir de las personas a mi alrededor empezaban a sofocar mi presencia.

De pronto un par de chasquidos fueron más que suficientes para controlar la multitud, pero aún permanece el sonido de un par de pasos de alguien que estuvo presente en cada momento de mi vida, bueno o malo, triste o feliz, se mantuvo. Se dirige hacia mi, con una postura firme, con un cabello ostentoso (según mi criterio), vestida con telas de seda de múltiples colores que adornan su decaído y anciano cuerpo, por su edad avanzada, se acerca hacia mi, la reina Nathalia, mi abuela.

-Dustin, ¿Por qué no te has vestido? recuerda que tenemos visitas importantes el día de hoy- reposa su mano sobre mi hombro mientras sonrie con dulzura, lo cual es una acción que desconozco proviniendo de ella.

-Mil disculpas, reina Nathalia la razón de mi retraso es que me distrage pensan...- son las palabras que apenas puedo expresar, debido a que su mano está ascendiendo con su de índice arriba, lo cual quiere decir que es el momento de que ella tome la palabra.

-Oh Dustin, Dustin. No sé lo que te ocurre... espera un momento sí lo sé, cada vez más te pareces a tú...- son sus palabras las cuales fueron interrumpidas por las mías- Madre, lo sé.

Un pequeña risa escapa de sus labios, mientras realiza una corta caminata hacia mi escritorio. Al llegar frente al objeto construido con madera de robles, apoya sus brazos y deja salir, de lo más profundo de su garganta, un carcajada maquiavelica.

Continúa su trayectoria lentamente, hasta reposar su cuerpo sobre mi cama.
La reina, estando apunto expresar algunas palabras, puede notar que las miradas de los presentes en mi habitación están dirigidas hacia ella.

-¡Cabezas abajo!- grita al sentir la presión de sus miradas apuntándola.

El movimiento fue ejecutado, de inmediato y sin reproche alguno, por todos lo presente desde sirvientes hasta sastres.

Al ver que cada sirviente ejecutó, al pie de la letra, su orden procede acercarse a mi lentamente.

-Dustin lamentándolo mucho puedo ver el parecido que tienes con tu madre, pero hay algunas oportunidades en las que veo tus ojos y encuentro a tú padre. Tienes su perspicacia e intelecto.- al escuchar estas palabras, una chispa de emoción invade mi rostro.

-Lastima que solo es en "algunas oportunidades". Lo que quiero es que seas igual que tú padre, quiero que conozcas la perfección.
Y cuando lo hagas estaré completamente segura que decisión que tomaré, al ceder la corona, será la correcta- expresa su discurso con sus manos tomando mi rostro fuertemente.

-Y lo haré abuela, lo juro- expreso mis palabras con una leve sonrisa.

-Sé que lo harás, estoy segura-

Cartas para un PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora